Capitulo 5

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Tire el chaleco en el suelo y camine hasta el segundo piso

Allí en orden estaban las habitaciones, la primera y más grande era la de mis padres

La segunda era la de Ace, con una gran televisor y todo tipo de video juegos

La tercera era de Sabo, llena de libros y un gimnasio

La última era la mía...

Abrí la primera puerta y encendi las luces, la cama perfectamente adornada con su edredón blanco con rojo

Un fuerte olor a flores llenaba la casa desde hacía dos días, aspire su aroma y abrí las ventanas dejando entrar la lluvia

Me dirigí a la segunda habitación y encendi el televisor dejando reproducirse una de las películas favoritas de Ace, Transformers

Entre al tercer cuarto y encendi las luces de la biblioteca de Sabo

Salí y las observe todas mientras las lagrimas no paraban de derramarse

- No puedo solo ¿Por qué me dejaron aquí? No puedo...mamá....papá....Sabo...Ace...
Respondanme por favor

Cubrí mi rostro y más gélidos salieron de mi boca

No era justo

¿Que había hecho yo para merecer la soledad?

¿Que pena debía pagar?

¿Por qué tenía que quedarme aquí sin lo que más amaba?

Golpie el suelo con mi mano y grite

- !No es justo! ¿!Que hice!?

Camine hasta mi cuarto y tire todo lo que encontré, ¿por que debía quedarme?

Bajo que excusa debía seguir

Golpie el espejo y los pedazos cayeron al suelo

Me quedé viéndolos y caí de rodillas encima de ellos

- Mamá...siempre me enseñaste a ser fuerte...pero no puedo mamá...¿No puedes venir por mi?

Solo el sonido de televisor se escuchaba a lo lejos, tome un pedazo del espejo y lo vi con detenimiento

- Quiero verlos de nuevo...

Pase el vidrio por mi muñeca derecha y la vi sangrar, no era doloroso...

Comparado al dolor en mi pecho...nada podía doler más...

Corte la muñeca izquierda viendola sangrar, me levante del suelo caminando hasta el cuarto de mis padres

El intenso olor a flores me seguía a todas partes y seguía sin entender porque

Me recosté en la cama y aspire el aroma, la colonia de papá aún se sentía

Tome la almohada y mi cuerpo empezaba a sentirse débil

Nuestro TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora