Abrí rápidamente el sobre y saqué la carta para leerla.
Shun,
ha sido cuatro meses el tiempo que he tardado en recuperarme del todo del ataque de Athena y en reconstruir la inmensa mayoría de mi reino, pero sé que si no me hubieses protegido con tu cálido cosmos, yo yacería muerto... robé tu cuerpo, me apoderé de él cruelmente para destruir a los humanos. Mas créeme cuando digo que no volveré a intentarlo, el hecho de que exista un humano como tú, capaz de perdonar a todo el mundo y de dar la vida aunque sea solo por una persona, hace que me arrepienta de mis actos y vea una tenue luz de esperanza en la humanidad.
Por todo esto, Shun, quiero pedirte perdón y darte las gracias. Aunque, si no es molestia, me gustaría poder decírtelo en persona. Te estaré esperando en el cerezo al lado del río a media noche, espero que decidas venir.
Yours ever,
Hades.
Al terminar de leer la carta rompí en llanto. Había logrado salvar a Hades con mi cosmos, jamás me había sentido tan feliz. Durante estos meses había sufrido tanto al no saber si vivía o no... necesitaba verlo en ese instante, no podía esperar hasta la media noche. Releí la carta una y otra vez hasta que me quedé sin lágrimas para derramar. Desconociendo el tiempo que había pasado, dejé la carta sobre la mesa y me senté en el marco de la ventana con la rosa entre mis manos. La olí. Olía a él. Olía a Hades. El aroma que tanto había añorado. El aroma que creía perdido. El aroma del ser al que amaba.
-Hades...- dije en un susurro- te amo tanto... gracias por no morir...
Y, sin darme cuenta, me quedé dormido.
Me desperté, era de noche. Miré el reloj, eran las 23:50. Mierda. Tardaría al menos veinte minutos en llegar al cerezo, así que no había tiempo que perder. Salí corriendo de la mansión y corrí más rápido que nunca por las solitarias calles con el corazón latiéndome a mil por hora, no sé si por la velocidad que llevaba o porque iba a ver a Hades de nuevo. Llevaba diez minutos corriendo cuando el cuerpo empezó a rogarme que me detuviera, pero yo ya podía ver el cerezo junto al río y aumenté la velocidad. En poco tiempo ya estaba allí... y él también, apoyado en el árbol con los ojos cerrados. Me detuve. Puse mis manos en mi pecho. Recuperé el aliento.
-Hades...- el dios me miró sonriendo y se acercó a mi. Cuando estaba a menos de un metro de distancia, salté a sus brazos rompiendo en llanto- ¡tenía tanto miedo! ¡Pensaba que no volvería a verte!
-Shun...- suspiró abrazándome fuertemente- muchísimas gracias, yo...
No le dejé acabar. Le besé. Simplemente lo hice. Lo necesitaba. Quería sentir esos labios juntos a los míos. Al principio se sorprendió, pero rápidamente me correspondió el beso y, madre mía... como besaba... sería el dios del Inframundo, pero con ese simple beso me hacía sentir en el cielo. Cuando nos separamos por falta de aire, nos miramos y nos abrazamos con más fuerza si es que era posible.
-Shun...- dijo Hades rompiendo el silencio- te amo...
-Y yo a ti, Hades...- dije hundiendo mi cabeza en su cuello- temía que mi cosmos no te hubiese logrado proteger.
-Oh Shun... mi querido Shun... tu recuerdo ha sido lo que me ha ayudado a seguir adelante, la esperanza de volver a ver tu sonrisa hizo que me recuperara en poco tiempo.
-Hombre, cuatro meses no es poco tiempo precisamente...
-Lo sé, pero Athena es poderosa. El ataque que me lanzó tenía mucho poder.
-Bueno, lo importante es que estás bien.
-Lo mismo digo, pequeño.
Cortamos el abrazo y nos miramos a los ojos.
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Amor Inmortal
FanfictionHabiendo trascurrido tres años tras los sucesos con Hades, Shun recibe una carta que hará que su vida se convierta en una verdadera aventura, sintiendo más felicidad de la que pudo jamás imaginar pero a la vez, un tremendo miedo de ser descubierto p...