"Paño De Lágrimas"

Capitulo 1

Capitulo 1: Respirar
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Sus manos se encontraban temblando, su cuerpo estaba apunto de convulsionar.

El frío se paseaba por todo su cuerpo, dolía... dolía y mucho, no podía ni siquiera respirar, su abrigo empezaba a tornarse carmesí cada vez más, aquella herida terminaría por matarlo en cualquier momento.

"¿Por qué lo hiciste?"

"No lo entiendo"

"Tu eras mi amigo"

"Mi mejor amigo..."

"O eso pensaba yo..."

"Parece que no sentías lo mismo..."

El de cabellos tricolor tosió, un poco de sangre comenzaba a gotear de su boca, sudor salía de su frente, sus ojos tenían ojeras, parecía estar al borde de fallecer, un par de lágrimas comenzaron a derramarse por su rostro, ¿Qué había hecho mal?, era su mejor amigo ¡De Toda la vida!, ¿Qué lo había llevado hacer tal maldad?, si ellos eran como hermanos. Ya no importaba, no importaba nada más, ahora no podía ni moverse, no podía siquiera respirar, ¿Qué iba poder hacer para si?, obviamente nada... tal vez era mejor esperar a que la muerte llegara a traerlo, pero siendo así... ¿Que pasaría con su hija?, ¿Y de su esposa que sería?, muchas preguntas pasaban por su mente... una tras otra y sin repuesta alguna....

"No puedo quedarme aquí sin hacer nada"

"Debo moverme"

"¡Debo hacer algo!"

Y así con las pocas fuerzas que le quedaban levantó su torso, oprimiendo así la herida en su estómago, reviviendo de esta manera el dolor que sintió por la apuñalada que anteriormente había recibido.

Rusia se quejo, mientras con su mano apretaba la tela de su pantalón, su abdomen estaba delicado, eso era claro, pero no sería suficiente como para rendirse. Así que a cuestas se levantó aferrándose a un árbol, usando este mismo como respaldo para ponerse de pie.

Recostandose aún en el árbol, se puso de pies mientras tapaba su abdomen con la otra mano para posteriormente disponerse a caminar, tomando como respaldo los demás árboles del sendero.

"Al menos debo llegar a un hospital"

Seguia pensando para si, sin darse cuenta de que aquella herida comenzaba a crear un charco de sangre bajo sus pies.

Un hospital... eso era todo... solo un hospital y su problema se resolvería, así podría vivir, podria alejar al mentado traidor de su vida y llegar a tiempo para detener el malévolo plan que tenía.

Depronto frente a él, a lo lejos del sendero diviso una luz, al ver esto no dudo en acelerar el paso mientras trataba de emanar sonido de su voz, así si quedaba tirado a mitad del camino, alguien iría a buscarlo.

¿Y por qué no llamar a alguien?, pues su teléfono no tenía señal, además de que la pantalla se había roto por la golpiza que había recibido con anterioridad, sin mencionar que la visión del Ruso comenzaba a distorsionarse con el pasar de los segundos.