El Bailarín y El Ladrón (Vmin)

.1.

Park Jimin un chico amante de la danza contemporánea admirador del arte. Se encontraba encerrado en el salón de teatro ensayando diferentes movimientos.

Ya estaba cansado llevaba más de tres horas ensayando el mismo paso pero seguía sin salir como el quería, suspiro agotado tomando sus cosas avanzando a la salida volvería otra vez y practicaría de nuevo hasta que le salga ese paso a la perfección.

Caminando por la acera observó con atención a dos infantes cruzar, pero mirando por todos lados no había ningún adulto acompañándolos. Extrañado camino hacia ellos para ayudar, pero un tipo alto con pasamontañas se cruzó en su camino impidiéndole el paso el tipo ese lo barrio con la mirada provocando en Jimin escalofríos por la forma tan fría de observarlo.

Intentando por segunda vez acercarse a los niños otro tipo lo tomo del brazo lanzandolo con brusquedad hacia el frío y duro pavimento pero el impacto jamás ocurrió, lentamente se giró para agradecer al que lo había sostenido, pero solo logro sonreír porque de inmediato el hombre le coloco el pañuelo húmedo en la nariz.

Cayendo rápidamente dormido, los pequeños solo eran el anzuelo pues el hombre llevaba días siguiéndolo sin que lo notará Park Jimin estaba secuestrado Llevándolo hacia el auto.

Marchando sin dejar rastro.

Duro tres horas inconsciente y cuando logro recuperar la conciencia estaba en una habitación oscura con un olor horrible, tratando de sacarse las sogas pero le fue imposible.

Le dolían las muñecas y los tobillos se preguntaba si le iban a aflojar esas benditas cuerdas "Algún día" pues le gruñía su estómago de hambre. Y sus papás... Oh ellos deben de estar muy preocupados de que no haya llegado a casa todavía.

Se puso alerta escucho la puerta siendo abierta, cerro sus ojos haciendose el dormido justo en ese momento sintió la mano del hombre tocar su mejilla el tipo se rió entre dientes diciendo lo siguiente:

_"Se que no estás dormido muñeco"_Llendose de inmediato dando una gran carcajada.

Dejando a Jimin sin palabras y estando aún atado a la maldita silla.