Desconocidos

Prólogo

Siempre quise estar aquí. En el punto medio. Donde solo hay paz y felicidad. Sin preocupaciones. Sin problemas.

Celebrando nuestro aniversario del primer año juntos, como no podría haber sido de otra manera lo celebramos a nuestra forma.

Al aire libre, a un lado del hermoso campo de girasoles. Una vez leí que los girasoles representan la paz, con esos colores tan brillantes, como también son un símbolo de lealtad.

Solo el y yo, con la naturaleza, el aire puro, junto con el césped y la brisa acompañándonos. Observo el encantador cielo nublado confirmando el pronóstico que se suponía, se aproxima una tormenta.

Disfruto del silencio y la calma a su lado, y del cariño que me brindan sus cálidos brazos, embelesados por la admirable plantación al frente nuestro. Siempre ame la naturaleza por que brinda paisajes extraordinarios.

Aparto la mirada para tomarme el tiempo de admirar a una de mis personas favoritas. Él.

Se dice que cuando te enamoras ves en esa persona todo perfecto. Así es como lo veo. Perfecto. Único. Con una mirada que cada que se centra en mi me trasmite seguridad y protección. Sé que no dejaría que nadie me lastimara. Es la persona más dulce y sensible que conozco.

No puedo ni imaginar una vida sin el.
Antes de conocerlo era muy reservada, con el aprendi a abrirme, hablar de mis sentimientos.

Voltea hacia mi al sentir mi mirada, me sonríe, su sonrisa es verdaderamente encantadora, cualquier chica moriría por que alguien le dedicará tan deslumbrante sonrisa. Esa sonrisa de a poco se va convirtiendo en una aún más grande, aparta la mirada un momento para buscar algo en su móvil. Sonrío cuando comienza a sonar Calm down, deja su móvil en el suelo para ponerse de pie y ofrecerme su mano la cual acepto sin dudarlo encantada.

—Me concedería este baile señorita Davies.

—Sería un verdadero placer señor Greco.

Bailando con el, en este momento, completamente feliz, compruebo lo enamorada que estoy de este hombre.