no te vayas

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«Es mejor sentir el dolor de extrañarte, que seguir teniendo estos sentimientos».

─ for lovers who hesitate, JANNABI.

[...]

No sé cómo sucedió pero en algún punto, nuestro amor se atenuó, se hizo débil, tanto que un día ya no pudo protegernos más.

Todavía recuerdo cuando te conocí, tenías una sonrisa brillante y amigable, reías a carcajadas con tus amigos, y yo, en silencio, reía contigo. A escondidas, siempre te escuchaba hablar, prestaba atención a cada una de tus historias, a cada detalle de tus disparates sin sentido. Tenía suerte de que mi mesa estuviera justo tras la tuya, así podía escuchar tu voz día tras día sin correr el riesgo de ser notado.

— Tae, ¿adivina qué? Alguien de mi clase descubrió que hay un chico al que le gustas. Es menor, creo que de primer año, dijo que se llama Jeon Jungkook, lo he visto y tengo que aceptar que es muy atractivo.

A mí se me heló la sangre porque si conseguías pareja, entonces ya no podría almorzar en el comedor. No soportaría escucharte estar con alguien más porque, pese a mis emociones platónicas hacia ti, eran tan intensas como para hacerme llorar si descubría que querías a alguien más.

— ¿En serio? No lo he visto. Sería bueno que se acercara a saludar.

Fruncí mi ceño y tomé una respiración profunda. Los celos estaban haciéndome enojar, así que me levanté y caminé fuera del comedor. Era un idiota porque no tenía ningún derecho de sentirme así por ti, pero no podía evitarlo.

Luego de ese día, dejé de ir al comedor, y en su lugar, almorzaba en el parque y luego me quedaba en la biblioteca, y tal vez pensaba en ti demasiado, porque uno de esos días te encontré frente a uno de los estantes, revisando con atención el lomo de cada libro, hasta que al parecer encontraste lo que querías en una de las secciones superiores. Yo estaba viéndote tras uno de los libreros, sintiendo mi corazón acelerarse al saberte cerca.

Ahora veías alrededor en busca de ayuda, y parecía ser que el libro estaba muy alto, y no había ninguna escalera a mano, yo giré a ver a mi alrededor y encontré una; realmente no lo pensé mucho, de hecho, no lo pensé en absoluto, y me acerqué a ti con serenidad.

— Disculpa, ¿puedo ayudarte con eso?

Me viste y podría jurar que tus ojos brillaron de alivio.

— Claro que sí, eres mi salvador.

Acomodé la escalera y apunté con mi mano al libro que necesitabas para asegurarme de que era el correcto, incluso si ya estaba seguro de cuál era.

— Te lo agradezco mucho, sunbae.

Sonreíste y asentiste con la cabeza cuando te di el libro y yo sólo pude hacer un sonido de afirmación.

— Entonces me despido, suerte con los exámenes.

Me giré para regresar a la mesa en la que siempre me sentaba a leer, pero volví a escuchar tu voz, y no sólo eso, sino que también te sentí jalar de mi suéter.

— ¡Ah, espera, sunbae! —Te volví a mirar y te veías tan hermoso que sentía enamorarme cada vez más—. ¿Podrías decirme tu nombre?

Fue automático.

— Es Namjoon.

— Namjoon sunbae, ¿estás solo? ¿Te sentarías conmigo para estudiar?

Era extraño. Tu amabilidad siempre superaba mis propias expectativas, e incluso de esa forma, era extraño experimentarla de primera mano.

— ¿Estás seguro? No estoy estudiando, sólo pasaba a leer un libro.

Ah, y me sentía aliviado por saber controlarme frente a ti.

Don't [NamTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora