¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Octubre - 2008
Sentía todo su cuerpo pesado, cada extremidad le dolía y su cabeza parecía que iba a explotar en cualquier momento. Era como si una nube oscura se cerniera sobre él, envolviéndolo en un manto de agotamiento y dolor.
Un llanto rompió el silencio y no pudo evitar la pequeña mueca que se formó en sus labios. Solo quería dormir un poco más, no quería levantarse, pero sabía que tenía que hacerlo. No dejaría que su hijo llorara más tiempo. Ese pequeño ser dependía completamente de él, y eso le daba fuerzas para levantarse, aunque cada movimiento le costara un mundo.
Con pereza, se levantó de la cama, tomó al pequeño niño entre sus brazos y volvió con él a la cama. Supuso que eran cerca de las 4 de la mañana. Las noches eran largas y solitarias, pero el simple hecho de tener a su hijo cerca le brindaba un consuelo indescriptible. Mientras caminaba de regreso a la cama, el niño se acurrucó contra su pecho, buscando calor y seguridad.
Resignado, subió su camiseta hasta dejar al descubierto sus pezones y, con un suspiro, acercó a su pequeño bebé de tan solo dos meses. El pequeño rápidamente se pegó al pecho de su padre gestante, chupando vigorosamente y logrando que un pequeño jadeo adolorido saliera de los labios del futbolista.
-Con calma, Thiago -susurró acariciando la espalda de su pequeño-. No iré a ningún lado, mi pequeño alfa.
Y es que el niño que había dado a luz era todo un alfa, muy encariñado con su padre omega para su corta edad. A pesar del cansancio, una cálida sensación de amor llenaba su corazón al ver a su hijo alimentándose tan ávidamente. Sabía que estos momentos eran preciosos y que, a pesar de todo, valía la pena cada sacrificio.
Sus párpados se cerraron nuevamente, dejándose llevar por el sueño mientras el bebé seguía alimentándose de sus pezones. Tendría que levantarse en unas horas para su entrenamiento matutino y para volver a alimentar al pequeño alfa. Las responsabilidades como futbolista y como padre eran agotadoras, pero él estaba decidido a dar lo mejor de sí en ambas facetas.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
