Valkiria (Shuumatsu no valkyrie x malereader)

Capitulo {2}

"Un último abrazo antes del desastre."

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El semidiós se puso de pie, dejando que las gotas de agua trazaran diversos caminos por su piel, sintiendo molestos ardores en sus heridas. Algunas heridas volvieron a sangrar logrando que las cristalinas gotas se tiñeran de un rojo tan intenso como el de los ojos que las observaban.

Hermes se encontraba algo disgustado con lo que veía, pues ver a aquel joven con tantas heridas le molestaba y al mismo tiempo le sorprendía, ya que el semidiós no mostraba ni la más mínima señal de dolor, aunque lo sintiera. Momentos atrás no les había dado importancia a las heridas del chico, pues el agua de aquella enorme tina no solo podía mantenerse siempre limpia, eliminando toda impureza sino que también era capaz de sanar a quien se sumergía en ella.

-Que molesto.- Murmuró el semidiós usando su poder para hacer levitar su cabello que gracias al agua se le pegaba al cuerpo siendo una molestia para el chico que intentaba secarse con una toalla.

Nuevamente, los ojos del Dios se clavaron en el joven, quedando fijos en su espalda y en la enorme cicatriz que la adornaba. Gracias a esto, miles de maldiciones e insultos cursaron por la mente del dios y cada unos de ellos estaba dirigiendo a la deidad responsable de castigar a la valkiria masculina. Por otra parte, el semidiós que ya había terminado de secarse tomo unas vendas que había hecho traer con anterioridad y empezó a vendar las heridas que no lograron sanar con ayuda de aquellas aguas curativas.

Concentrado en sus vendajes, el chico no noto que el otro hombre en la habitación se había acercado y no fue hasta que el más alto tocó la cicatriz en su espalda que noto la nueva cercanía. Dicho toque logró tensar completamente el cuerpo del semidiós, no porque tuviera miedo, sino por la espera del dolor al que ya estaba tan acostumbrado.

-¡Oh! Perdona es solo que me resulta extraño... Todas tus heridas debieron haber sanado.- Dijo el de ojos carmín cuando él más bajo giro su cabeza para verlo, aunque rápidamente volvió la mirada al frente, pues la deidad deslizó su mano desde la parte alta de su espalda hasta la baja dónde terminaba aquella herida.

-Debe ser por el veneno.- Hablo frío el de larga cabellera sin querer entrar en detalles.

Insatisfecho con la respuesta, el de ojos rojizos solo suspiro entendiendo al joven, por lo que de momento la deidad decidió no insistir en aquel tema y sin decir más, Hermes se limitó a observar al chico que trataba sus heridas sin tanto cuidado para luego vestirse.

Las prendas traídas por la deidad eran más formales de lo que la valkiria masculina esperaba, pero eso no le importo demasiado y se las puso sin más.

La parte superior de la vestimenta consistían en una camisa blanca con un moño en la parte posterior del cuello y un corset negro con detalles dorados. Además de algunos collares de oro con pequeñas flores azules. En cuanto a la parte inferior, estaba compuesta por unos pantalones negros con bordados dorados y unas botas altas también de color negro.

-Te queda mejor de lo que pensé.- Hablo el de corta cabellera con una sonrisa serena apreciando lo bien que lucia aquella ropa en el semidiós.

-¿Entonces esto lo eligió usted?- Pregunto el de orbes esmeralda mientras se miraba a si en un espejo de cuerpo completo.

-Así es y si me permites decirlo hice una gran elección.- Hablo con orgullo el dios que examinaba de pies a cabeza a aquel joven que tras terminado de acomodar su ropa tomo unas tijeras que habían traído con antelación y las acerco a su oscura cabellera. -Permíteme encargarme de esto.- Pidió amablemente el más alto quitándole las tijeras al joven que solo suspiro sin oponerse para luego sentarse.