Revelaciones

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Muy temprano en la mañana me encontraba en mi habitación preparando mi ropa junto mi arco como era costumbre en estos últimos meses y me dirigí al campo de entrenamiento, sin importar que hoy sea mi cumpleaños número 13, mientras caminaba pensé en mi situación actual hace exactamente un año por mandato de padre se le ordenó al general élfico "Celegorm" ( que significa el hermoso) que me entrenará, los primeros días de entrenamiento fueron los peores se me entrego una espada pesada y era obligado a combatir contra el mismísimo general, dejándome en un estado deplorable en cada "entrenamiento" pues si bien ya podía levantar la espada hacer movimientos rápidos con ella era imposible para mí.

Fue desde entonces cuando al maltrato emocional que recibía de mi padre se sumó el dolor físico convirtiendo mi vida en un verdadero infierno. Las primeras veces cuando terminábamos de entrenar algunas sirvientas compadecidas por el maltrato que recibía trataban de curarme usando su magia, lastimosamente eran detenidas por el general quien prohibió explícitamente que se me otorgara tratamiento pues decía que las heridas eran parte del entrenamiento.

Uno de esos días ya por la noche mientras me retorcía de dolor escuche pasos por el corredor que conectaba a mi habitación para que segundos después una bolsa sea lanzada por debajo de mi puerta, con un poco de temor me levante y abrí la bolsa mostrando en su interior unas hojas se color verde con un borde de un color dorado y una nota que decía "athelas" automáticamente el recuerdo vino a mi mente, "athelas u hoja de reyes una planta curativa de la más alta calidad cuyas hojas podían curar heridas y se dice que las flores son capaces de curar venenos y maldiciones " , abrí la puerta para agradecer a mi benefactor pero no había nadie supongo que es lo mejor no quiero que alguien se meta en problema por ayudarme. Preparé el ungüento y lo esparcí por las heridas para luego caer dormido por el cansancio, fue la primera vez en varios días que en verdad pude descansar.

Sin darme cuenta por estar perdido en mis pensamientos había llegado al campo de entrenamiento, había algo raro esta vez había 4 guardias montados en caballos y dos caballos más sin jinete cuando iba a preguntar a que se debía su presencia se escuchó una voz a mi espalda

"Un monstruo tipo lobo fue visto rondando los alrededores del castillo, tómalo como un examen tendrás el deber de eliminarlo" dijo el general mientras me miraba con una sonrisa hipócrita.

¿Cree prudente que un novato como yo logre tal hazaña y no muera? - respondí ocultando mi incomodidad

Si pelearas con espada como un verdadero hombre consideraría tu opinión, pero utilizas un arco el arma de los cobardes ni siquiera necesitas acercarte a demás ¿no eres tú quien quiere mostrarle a su majestad El Rey que mereces ser de la familia real?

"Tch"

Fue su ultimo comentario el que me hizo perder la cordura y termine subiendo al caballo.

Después de cabalgar por aproximadamente media hora hayamos pisadas en el camino bajamos de los caballos y los atamos a unos árboles para evitar que escapasen ... a partir de este puesto avanzaríamos a pie para evitar que el monstruo nos detecte y escape y así lo hicimos luego de 5 minutos los localizamos a varios metros de distancia.

Era un lobo gris de aproximadamente 2 metros de largo, definitivamente era más grande que un oso se le notaban las grandes garras que poseía aun desde esta distancia

Denle la espada- dijo el general a sus hombres

Bell estaremos en los alrededores vigilando e intervendremos si algo sale mal, lleva tu espada por si algo le llegara a pasar a tu arco- dijo mientras me miraba de forma seria.

Sin decir nada, recibí la espada de los guardias, curiosamente era la que siempre usaba para prácticas.

Ellos entraron a mi habitación y la sacaron-dije en mi mente.

Mi lugar en el mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora