𝕯𝖗𝖆𝖌𝖔𝖓 𝕮𝖆𝖗𝖒𝖊𝖘𝖎 || [ᵀᵒᵏʸᵒ ᴿᵉᵛᵉᶰᵍᵉʳˢ ᵒᶜ ˣ ᶜᵃᶰᵒᶰ]

Accidente Inicial

En lugares como este es donde los accidentes con nombre y apellido suceden con mas frecuencia.
El barrio rojo en Shibuya es un festival de perversión que, en ciertas ocasiones se ve interrumpido por el descuido de clientes irresponsables para con el sector femenino de este tipo de trabajos. Clientes que nunca regresan y de los cuales no se tiene nada de responsabilidad para dicho accidente que 9 meses despues se vuelve una boca mas que alimentar en varios circulos de amigas si es que tienen suerte.
Si por el contrario la vida los pone en el limite desde el día 1, son abandonados por la persona que les dió la vida contra su voluntad y estan destinados a avanzar solos por este camino. Esa era la situación de Ken Ryuguji y Yuu Matsuoka, abandonados por su madre, desconocidos para el padre pero unidos gracias al buen corazón de los trabajadores y señoritas del burdel donde nacieron en el año 1990 y vieron avanzar la vida desde entonces.

A pesar de saber de la existencia del otro sus acercamientos eran minimos, digno de unos simples niños que solo buscaban jugar o estar acompañados por alguien cercano. Conforme iban creciendo y ayudaban a mantener su hogar en orden, asi como apoyar en el sustento de este, iban congeniando un poco más.

Yuu, nacida en un cuerpo incorrecto al igual que con un nombre femenino que detestaba, amante de la belleza que irradiaban las señoritas del distrito pero muy tímida para decirlo. Siempre con una sensación de soledad en su pecho pero con su sonrisa incompleta por la edad lista para saltar en su rostro y agradecer todo lo que poseía (por poco que fuera).
Ella fue la primera en darse cuenta de Ryuguji, mirar mas allá de su ceño eternamente fruncido y la dureza con la que realizaba las cosas. Veia en aquellos ojos oscuros un amigo real, una compañía infaltable desde el momento en que su memoria alcanzaba a almacenar. Digamos que era la unica cosa en su vida que permanecía constante.

Por otro lado, no hay mucho que contar de Ken. Nacido en el abandono, criado a través de la mirada del protector para evitando repetir todos los errores y comportamientos negativos que presenciaba en aquel burdel. Escapando de su realidad a traves de la fortaleza, defendiendo con uñas y dientes su historia y las cosas que anhelaba lograr.
Con esa alma inquebrantable brillaba a los ojos de una pequeña Yuu que lo admiraba, su presencia era ese lugar seguro que, aunque falto de palabras, le hacia bien y tranquilizaba su corazón.
Asi vivieron varios años de sus vida, en la paz de una amistad platónica y sus encuentros felices formando recuerdo hasta ese día.