Celos

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RESUMEN: Un conocido de Ao'nung llega a la isla, distrayendo toda su atención de los chicos nuevos.
Neteyam siente celos por primera vez.






Neteyam es un pacifista o al menos esa era la forma en la que se referían a él. Un muchacho que pensaría antes de actuar y que, no buscaría por nada del mundo el camino de la imprudencia como primero. Bueno, todo eso es cierto pero también es cierto que a veces siente que algo lo consume desde adentro pudriendo lo que se podía ver en el exterior.

Neteyam está vivo, es joven y por lo tanto tiene muchas facetas. Tantas facetas que se acomodan muy bien al contexto que tenga presente, y con ello también aguarda emociones diversas como cualquiera. Ahora mismo la emoción principal y que late con fuerza, es la de la arrogancia. Quiere hablar e interrumpir la conversación del Na'vi entrometido.
Quiere decir que él es mucho mejor, y que probablemente nadie de su edad es tan rápido o avanzado como el mismo. Está emoción es una novedad, porque casi nunca presume realmente sus logros...Hasta ahora.

Ao'nung debe estar ciego si no se da cuenta que evidentemente el Na'vi entrometido le está dando toques sutiles: poner una mano en el hombro, aplastar juguetonamente el moño que lleva atado, tirar de su cola. ¡Por Eywa! ¿De verdad Ao'nung va a permitir que ese tipo tire de su cola con tanta familiaridad? Había entendido que para los Metkayina la cola era algo súper delicado, mucho más. Nadie la tocaba excepto gente cercana al Na'vi. Y ese idiota no puede ser cercano.

Vamos, están Rotxo y Tsireya y jamás los ha visto ser así con Ao'nung.

Neteyam se muerde el interior de la mejilla al escuchar la risa cantarina de Ao'nung, muy contento de lo que sea que dice ese otro.

—Bro. ¿Y si mejor vamos a otro sitio? —murmuró Lo'ak a su lado. El chico había perdido las ganas de ser invisible ante el aparente reencuentro de dos amigos.

—No. Vete tú solo, yo me quedó.

La respuesta fue dicha en un tono neutral, tan alejado del alegre o amable comentario que diría su hermano. Lo'ak frunció el ceño, mirando por última vez a los otros dos, pensando que su hermano quizá no era tan inteligente como para comprender que estaba sobrando.
El menor se fue, pensando en juntarse con Payakan.

Su padre le había dicho a Neteyam que era mejor que todos estuvieran juntos, porque un Sully solo en alguna parte era triste. Aquellas palabras quedaron perdidas en lo profundo de la mente del muchacho, quien se cruzó de brazos mientras seguía escuchando al entrometido fanfarronear sobre supuestas hazañas. Tenía demasiadas ganas de rodar los ojos, haciendo una mueca sarcástica, porque obviamente todo eran mentiras.
Entonces los ojos brillantes de Ao'nung se posaron en él, Neteyam cambió su expresión seria por una media sonrisa, la cual no fue correspondida porque Ao'nung lo miró frunciendo el ceño.

—¿Sigues aquí, chico del bosque?

Auch. Eso había sido cruelmente inocente, a sabiendas de que Ao'nung realmente podía ser cruel si tenía la intención. Esta vez, sonó como costumbre.

—Pensé que hoy iríamos a nadar con los ilu. —sonrió.

Todo eso era mentira. Neteyam y Ao'nung en realidad no solían nadar juntos, se encontraban sí, pero no nadaban juntos. Pero ese entrometido no tiene que saber que está mintiendo, no mientras Ao'nung no diga nada.

—Ah. Bueno, pero ahora estoy ocupado en algo más y seguramente mi padre entiende eso. Así que vete, Tsireya o Rotxo pueden ayudarte con eso. — dijo, volviendo su atención hacia su amigo.

Neteyam se levantó de su lugar en la arena, sabiendo que no podía contradecir esas palabras. Sus ojos amarillos miraron hacia el entrometido, quién le dio una sonrisa de suficiencia.
Carajo, nunca se había sentido de esta forma, enojado y molesto con ganas de pegarle a alguien. No, esas no son cosas que lo definan a él.
Se dio la vuelta, caminando lejos de donde estaba el par de muy conversadores amigos, oyendo risas aún mientras se alejaba.

Historias de Ao'nung y NeteyamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora