II. LA CAÍDA

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Se escuchó un grito, todos acudieron al salón, todos menos Laura. El cuerpo inerte de Laura yacía en el suelo. Los llantos de Lucía y Paula opacaban la sorpresa de los demás. Rosa dejó algo claro, nadie saldría de la sala hasta que se descubriera al culpable de la muerte de Laura. Todos notaban a Alberto algo culpable, sus manos sudorosas, y su mirada indecisa, y todos sabían que tenía razones para hacerlo. Alberto juraba no haberlo hecho, pero nadie le creyó. De repente las luces se apagaron, cuando se volvieron a encender, el llanto de Lydia rompió el terrible silencio, el cadáver de Alberto se encontraba en el suelo.

Todos miraron al instante a Lydia, ella lo confesó todo, incluso su relación prohibida con Alberto. Esta confesión dejaba cada vez a menos sospechosos, nadie se sentía seguro en esa habitación. Paula no podía más con el suspense, estaba decidida, ella se marchaba, no podía dejar que sucedieran más muertes, pero había un problema, la puerta estaba cerrada. Paula no podía con la tensión, el sentimiento de culpa le comía el cerebro, se acercó al balcón y acabó con todo, pero justo antes de hacerlo dijo, "Lo siento mucho Rosa".

La HabitaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora