Día 9

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— ¡Estoy aburrida! — Gritó Gaeul mientras se recostaba sobre la mesa de la cafetería.

— ¡Estoy enamorada! — Habló Liz con una boba sonrisa en su rostro.

— ¡Y yo hambrienta! — Esta vez habló la castaña, ganándose una mirada de extrañeza por parte de las contrarias — ¿Qué?

— Deja de ser tan Wonyoung por unos minutos, Wonyoung — Dijo la mayor de todas y la mencionada hizo un puchero.

— Ahí viene tu futura novia, cuñadita — Comentó la rubia señalando a la pelinegra que venía con muchas bandejas en la mano.

— Te dije que no me dijeras así, Liz — Se quejó Wonyoung — Es raro.

— Oigan — La voz de Yujin la interrumpió — Si a la próxima quieren comida, vayan ustedes mismas — Dijo mientras ponía cada bandeja de comida frente a sus respectivas dueñas.

— Gracias, unnie — Dijeron todas las menores con una sonrisa ignorando la queja de Yujin.

— Gracias, Yujin, iré la próxima vez — Dijo Gaeul bromeando.

Yujin rodó los ojos y se sentó al lado de Wonyoung, quien le dio un beso en la mejilla de agradecimiento, cosa que Yujin aceptó sin quejas.

— ¿Y de que estaban hablando? — Preguntó la recién llegada mientras tomaba una papa frita de su bandeja.

— Gaeul agoniza de aburrimiento y Liz está tan enamorada que es capaz de matar a alguien por mi hermana. No sé en qué momento se hizo tan intensa— Respondió Wonyoung, también comiendo papas.

— Oigan, saben que se acerca San Valentín, ¿verdad?— Habló la pelinegra, mirando de manera para nada discreta a Wonyoung, la cual se atoró con la comida.

— ¿Estás bien, Wonyoung? — Preguntó Yujin con preocupación.

Wonyoung asintió con una sonrisa nerviosa.

— S-sí, unnie — Respondió.

— ¡Es verdad! — Habló la rubia — ¡San Valentín está cerca! ¡Wonyoung! — Señaló a la nombrada.

— ¿Que?

— Eres hermana del amor de mi vida, dime qué le podría dar para ese día — Pidió, juntando sus manos y formando un puchero con sus labios.

La alta lo pensó unos momentos para luego hablar.

— Regalaré un loro — Dijo.

Las demás la miraron de manera rara, incluyendo a
Liz.

— ¿Un loro? — Preguntó Gaeul con el ceño fruncido.

— Siempre quiso uno — Contó.

— ¡Entonces le regalaré uno! — Dijo Liz con una enorme sonrisa — ¡Gracias, cuña... Auch! — Se quejó tras el golpe que le dio Wonyoung.

— Te dije que no me llamaras así, tonta — Se quejó la castaña.

Liz hizo un puchero sobándose la parte del golpe mientras que Yujin y Gaeul reían por
aquella escena.

Liz hizo un puchero sobándose la parte del golpe mientras que Yujin y Gaeul reían poraquella escena

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— ¡Unnie, está delicioso! — Chilló la castaña emocionada, la contraria sonrió enternecida.

— Ten cuidado o se te derramará — Dijo la mayor mientras probaba de su helado de vainilla.

Wonyoung asintió obediente y siguieron su camino en un cómodo silencio en el cual disfrutaban de sus
deliciosos helados.

— Oye, ¿no crees que exageraste con Liz? — Comentó Yujin.

Wonyoung giró su cabeza hacia su dirección mirándola con confusión.

— ¿Sobre qué?

— Lo del regalo para Leeseo — Explicó — Conozco lo suficiente a Liz como para saber que ella es capaz de comprarle un loro a tu hermana.

— No estaba bromeando — Dijo con sinceridad — Hablaba enserio cuando dije que Leeseo siempre
quiso un loro.

— ¿De verdad? — La menor asintió.

— No le haría una broma de esa forma a esas dos — Aclaró Wonyoung volviendo su vista al frente — Sé lo mucho que a mi hermana le gusta Liz y me alegra que Leeseo sonría mucho más desde que la conoció.

Yujin miraba el perfil de Wonyoung mientras hablaba, le pareció tan linda la forma en la que la decía las cosas sobre su hermana. Era muy tierno el como se preocupaba por los demás.

Un poco nerviosa, quiso tomar la iniciativa esta vez. Tomó la mano de Wonyoung y la entrelazó con la suya, sorprendiendo un poco a la castaña.

— Eres muy tierna, Wonyoung— Dijo con una pequeña sonrisa.

El corazón de Wonyoung latió desenfrenado y sintió su rostro arder, probablemente se veía como un tomate, un muy adorable tomate.

Para su suerte, ya habían llegado a su hogar

— G-Gracias por haberme acompañado, unnie — Dijo la menor un poco avergonzada.

Yujin sonrió — No fue nada, es agradable pasar tiempo contigo, Wonyoungie.

La menor se aguantó un chillido de emoción y simplemente se limitó a sonreír.

— Nos vemos mañana, unnie — Dijo acercándose lentamente hacia la mayor para poder dejar como las últimas veces, un beso en la mejilla.

Sin embargo, el la pelinegra fue más rápida y giró su rostro, logrando que en vez de su mejilla, fuesen sus labios los que Wonyoung besara.

Fue un pequeño piquito que dejó en shock la castaña por unos segundos.

— Nos vemos mañana, Wonyoungie — Habló la mayor con una sonrisa para comenzar a caminar en dirección a su propio hogar, dejando a un Wonyoung completamente sonrojada y con el corazón latiendo a mil por hora.

— ¿Q-que acaba de pasar? — Se preguntó a si misma en un susurro mientras llevaba su mano a
sus labios.

14 días para San Valentín / Annyeongz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora