Capitulo 11

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La Ley de lo cliché

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Lamentablemente Jean no pudo dar una respuesta adecuada a sus salvadores, más Vasco estaba completamente encantado con su mágico encuentro, pues había ofrecido su hogar como vivienda temporal para el castaño, aunque Jace se negaba rotundamente, el castaño término por quedarse en el hogar de Vasco de manera temporal.

"Lamento las molestias, Supremo Vasco, hijo de Dioses, defensor de la Justicia y si te hicieran un Lego lo compraba en corto" El rostro del nombrado era alegre, más se volvió un tanto confuso ante la mención de un 'Lego' y cosas que no entendían del todo. La estadía de Jean pasó a ser de una semana completa, este se la pasaba pegado al hombre musculoso tanto podía, más por las noches iba en busca del protagonista original.

"Daniel, tiene sus ventajas casarte conmigo… soy fiel, soy buen cocinero y te amaré con todo mi corazón" El bajito continuaba atendiendo a un cliente que compraba como de costumbre, mientras el castaño hacía su rutina habitual de confesión de amor, más aquello parecía una broma para el joven, pues ¿como iba a fijarse en él con aquella apariencia? Y más siendo un hombre, la idea le causaba conflictos.

"Lo pensaré" ante los ojos de Daniel, Jean era un tipo gracioso, alegre y amable, por lo que le seguía el juego cada vez que comenzaba a 'declararse'.

"Aish, aún no caes ante mis encantos, pero sólo espera, en un par de años te tendré cacheteando las banquetas" comentó como advertencia, observó su reloj obsequiado por la amable Mira, quien a pesar de ser reprendida por un molesto Zack, igualmente se lo obsequio. La convivencias con sus personajes favoritos habían sido un consuelo para su corazón, el castaño no estaba seguro si podía regresar, pero aquello no le molestaba del todo, estaba disfrutando de su estadía, incluso la idea de cambiar algunas cosas le tentaban, como la caída de Daniel, la muerte de Olly Wang, salvaría los dientes de Jake, detendría la venta de Sinú a los Workers, y seguro se ganaba el respeto de Gun, más pensarlo era más fácil que realizarlo.

"Danielito precioso… si te dijera que vengo de otro mundo, donde el mundo de aquí es fantasía… ¿te parecía un loco?"

El bajito, guardo silencio por un momento, a pesar de que la idea sonaba sumamente ridicula, su actual circunstancia lo hacía creer en la posibilidad. "No, la verdad que no, ¿este mundo una fantasía? Suena bastante loco, pero supongo que es posible" dijo con el fin de calmar los pensamientos del castaño. Jean mostro una amplia sonrisa y reconfirmó una vez más que el protagonista era un Ángel, si bien era humano como todos, su personalidad era bastante agradable a pesar de haber sufrido bastante abuso por  Logan y su séquito.

"Ya basta, deja de enamorarme precioso" El sonido de la puerta de la entrada, hizo que ambos girarán su vista, una joven de atractivo cuerpo, curvas por todos lados, como una Diosa del Olimpo se manifestó, ambos observaron a la mujer hasta que esta seleccionó lo que iba a comprar y fue a la caja a apagar.

"Mi reina, pasame tu esa rutina, mira que yo quiero estar así de curvilínea como tu" Aquello fue lanzado a la joven con el tono más Gay posible. Daniel apretaba fuertemente sus labios para evitar reír, mientras cobraba lo elegido por la dama.

"Por… por supuesto" fue la respuesta de la chica, Jean sabia quien era ella, y no perdio el tiempo para bromear un poco con Crystal, la hija de Charles Choi. "Seguro que si" fue lo último que respondió la chica de apariencia atractiva antes de agradecer el servicio y salir por la puerta.

"Con que Crystal, he" los ojos de protagonista fueron a parar al chico de ojos marrones y lo miro con duda.

"¿La conocés?" Jean había cometido el más grande error que se podía cometer al ingresar a un mundo que se conocía de ante mano, su cerebro trabajo de manera milimétrica en busca de una radiante respuesta que lo sacase de aquel apuro.

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