Cap. 9 ¡No me iré!

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Era extraño encontrarse una casa en medio de la nada, seguramente el dueño era una especie de millonario o ermitaño quizás, aunque siendo honestos en Karmaland 5 también todos tenían sus hogares muy separados de los otros.

— Esta oscureciendo, quizás puedan ayudarme ahí...

No tenia nada que perder, necesitaba pistas sobre Luzu y quizás ahí se las podrían dar, especialmente porque había un extraño presentimiento que le decía "vé". 

Sin perder mas tiempo respiro profundo y se acerco hasta el lugar. Al principio tocó la puerta un par de veces pero no recibió respuesta alguna ¿No había nadie en casa?

— Quizás salieron a cazar. Debería esperar aquí...¿Eh?

Esa no era muy buena opción ya que se escuchaban a lo lejos los gruñidos de zombies y también de distintos monstruos nocturnos. Quedarse ahí desprotegido era una muerte segura por lo que no tuvo mas opción que entrar a la casa.

— ¿Ho-Hola? ¿Hay alguien?

Hablo luego de entrar y cerrar la puerta detrás suyo.

— Lo siento...Me están persiguiendo así que tuve que entrar. No haré nada lo prometo ¿Hola?

Nada, ni una sola respuesta. Tal vez por ahora debía quedarse en la sala y no hacer nada, de esa forma si alguien aparecía no sería tan sospechoso y podría explicar el porque de su intromisión.

— Veamos...

Buscó un lugar donde poder sentarse hasta que de repente, un pequeño cerdito se apareció en las escaleras.

— O-Oh...Hola pequeño, no soy alguien malo ¿Tu dueño esta por aquí?

El animalito se dio la vuelta y comenzó a caminar hasta la segunda planta. Quakity intuyó que era una forma de decirle "Sígueme".

— ¡Espérame...!

Subió las escaleras junto al cerdito quien luego de llegar hasta arriba se apresuró a entrar en una habitación del fondo donde se alcanzaba a notar algo de luz. Seguro que el dueño de la casa estaba por ahí.

Quakity no lo pensó por más tiempo y se dirigió hasta ahí abriendo la puerta.

— ¿Hola? Disculpe por entrar así pero necesitaba un lugar donde....

No termino su explicación ya que al momento de pasar a la estancia se encontró con quién tanto estuvo buscando desesperadamente.

— ¿Lu-Luzu...?

Horas antes

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Horas antes.

— Luzu debo ir a cazar algunas presas y también iré por medicina al pueblo ¿Seguro que puedes quedarte solo?

No estaba realmente seguro si debía irse y dejar al castaño sin vigilancia, pero, la comida se le había acabado y también los medicamentos que estaba usando para sanar las heridas de Luzu, sino iba por ellas su salud volvería a decaer.

Quiero protegerte de mi...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora