Hellfaker

Capítulo 1 : Pandemónium personal

Shirou siempre había querido aprender a silbar. Su padre, por supuesto, no era del tipo que intentaba; el mal humor que tenía no parecía congruente con algo tan alegre, y Shirou no conocía a nadie lo suficientemente bien como para preguntar. En cambio, mientras recorría la ruta escénica hacia el mercado, sopló aire distraídamente con los labios fruncidos y esperó que nadie estuviera cerca para escucharlo. Se despertaba incluso más temprano de lo normal los domingos específicamente para aprovechar ciertas ofertas matutinas y los ingredientes más frescos.

En su hombro llevaba su bolsa de mensajero de confianza, vacía de todo excepto su lista de compras, una pequeña bolsa de hielo para la carne, un cuaderno y un bolígrafo. Shirou había aprendido hace mucho tiempo que registrar pensamientos e ideas era esencial para una vida organizada, y desde hace varios años siempre se aseguraba de tener un cuaderno a mano. Todavía le quedaba mucho espacio para sus compras.

No planeaba comprar mucho, dado que solo trajo el bolso, pero el viaje también fue una oportunidad importante para hacer las rondas de socialización. Había gente aquí que lo había visto ir y venir durante muchos años, y mantenerse al día con sus historias fue... algo satisfactorio. Cuando salió al ajetreo y el bullicio del mercado, se sintió revigorizado por los vendedores ambulantes y el sonido de la vida.

"¡Hola, chico!" Shirou sonrió cuando llegó a la tienda del viejo Kenta. "¡Tan temprano como siempre, parece!"

"Oye, viejo", respondió, agitando la mano mientras sacaba la bolsa de hielo. "Lo de siempre, por favor".

"Sí, lo tengo justo aquí". Sus ancianos brazos, todavía gruesos por los músculos, se metieron debajo del mostrador y sacaron unos cuantos paquetes de papel marrón. "¿Cómo han ido las cosas? ¿Te mantienes al día en la escuela?"

"Sí, señor", asintió Shirou, guardando la carne en su bolso. "Definitivamente me graduaré este año".

Era decepcionante que la Guerra del Santo Grial hubiera desviado tanto su vida que necesitaba repetir su último año de escuela, pero le dio más tiempo para considerar qué quería hacer exactamente . Inicialmente había pensado en ser abogado o policía, pero lidiar con los desafíos y las batallas de la guerra le dio una sensación de... vacío en esas ideas. Salvar personas se sentía abstracto en ese momento, y la ley no defendía a las personas que Rider había matado para sobrevivir con maná, ni protegía a las víctimas que impulsaban la hechicería de Caster.

Shirou había sido impotente y seguía sintiéndose impotente, pero al fin había encontrado algo parecido a un propósito.

"¡Bien bien!" Una mano curtida golpeó su espalda y lo hizo tropezar. "¡Estaba preocupado por ti el año pasado!"

"Aprecio la preocupación", dijo Shirou con una sonrisa, inclinando la cabeza. "Por favor, dele mis saludos a su familia".

"¡Lo haré!"

Con su bolso ahora ligeramente cargado, Shirou sintió que su día realmente había comenzado. Tenía un plan, un horario y una idea firme de cómo sería su día. Se sentía bien.

Ese sentimiento duró poco, ya que momentos después tropezó en medio de la calle, sintiéndose como un completo idiota. El tiempo se ralentizó a su alrededor para que pudiera ver las expresiones de las personas cuando lo vieron caer más cerca del suelo, la preocupación y la diversión guerreaban en sus ojos.

Y hoy iba tan bien, maldita sea—

[Lo siento, Shirou. Isekai tiene que suceder de alguna manera, ya sabes.]

Shirou jadeó, llenando sus pulmones con aire tan caliente que parecía que podría encenderse en cualquier momento. Sus ojos se abrieron de golpe y pudo saborear los latidos de su corazón cuando volvió en sí. Ya no estaba en Fuyuki.