Como cada año, desde hacia 3 años Luffy encontró un regalo en su casillero, como siempre habían chocolates, una rosa y varias paletas de sabores.
-Wow, otra vez- dice Usopp al ver a Luffy comer chocolates.
-Cada año es lo mismo- dice Nami.
-Son deliciosos, son chocolates caseros- menciona Luffy con una brillante sonrisa.
-No deberías empezar a buscar a tu Valentín secreto y devolverle el regalo el día blanco?- pregunto Sanji.
-Talvez- dice con simpleza Luffy.
Sin saberlo recostado bajo la sombra de un árbol cercano estaba quien había dejado el regalo de San Valentín, sonrió al saber que le había gustado la nueva receta que creo para el pelinegro.
-Ya está, vamos a encontrar a mi Valentín- declaró Luffy con una brillante sonrisa.
-Hai, capitán- respondieron a coro sus compañeros.
La persona antes mencionada se tenso, ese grupo podía ser desastroso y problemático, pero si se trataba de cumplir uno de los caprichos de su líder hacían hasta lo imposible, tenía que mantenerse alejado del niño, por lo menos hasta que terminasen las clases.
Varias horas después, a la hora de la salida un pelinegro salía desanimado, olvidándose de seguir a sus amigos.
-Que te pasa?- pregunto una voz que conocía.
-Nada, Mochi- dice Luffy sentadose en la banca, al lado de Katakuri.
-No te creo- dice Katakuri.
-No encontré...- Luffy se queda en silencio al ver el colgante que llevaba en su mochila el más alto.
-... No encontraste que?- pregunto Katakuri confundido.
-Nada, ya lo encontré- dice sonriendo mientras lo abraza.
-D-De que hablas, Mugiwara?- pregunto nerviosamente el peliburdeo.
-Eres mi San Valentín- dice Luffy besando su mejilla.