Katakuri jamás había pensado resivir un regalo en el día blanco, siempre veía a sus hermanos resivir ciertos regalos, pero nunca había pensado ser el destinatario de uno.
-Quien lo envía?- pregunto Oven.
-Dinos- pidió Daifuku.
Katakuri simplemente sonrió ignorando a sus hermanos, se podía ver claramente que eran chocolates caseros hechos en casa, aunque parecían un poco quemados sonrió por saber de quién se trataba.