único.

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—K-Kageyama

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—K-Kageyama...

—¿Uh?

Lo miré. La luna iluminaba su rostro, casi como si él fuese un ángel.

—¿P-puedo...?

—¿Qué pasa? —Me giré completamente para sostener su mejilla. Dioses, ¡es tan suave! —Lo que sea, puedes decírmelo...

—P-puedo... Ah... E-este...—Su rostro sonrojado de por sí es un crimen. —¿Puedo ir a tu casa?

Ahí estaba. El sonrojo de sus mejillas y su mirada hacia el suelo, tímida. Sus manos apretándose entre sí, casi como si se estuviese conteniendo. Dios mío, realmente no sabía qué era lo mejor.

Rápidamente agarré su brazo derecho y lo atraje contra mi pecho.

—No tienes que preguntar. —Le susurré al oído. Me gustaba escuchar su respiración irregular cuando estaba cerca de mí, abrazar su complexión escuálida y pequeña. Amaba todo lo que hacía Hinata, con o sin razón. Realmente estaba cayendo tan profundo por él.

Dejé un beso en su oreja, sintiendo su escalofrío y escuchando su jadeo bajito.

Agarré su mano, sintiendo mis mejillas calientes y empezamos a caminar bajo el manto oscuro del cielo.

Su compañía hacía un portentoso efecto en mí. Llegué a pensar que el voleibol y él eran como uno solo: los dos me hacían volar, me hacían querer más y más hasta que fuera suficiente. Pero nunca lo era. Ambos llegaron para salvarme, para salvarme del mundo y los demás. En ambos podía refugiarme, y ambos eran mi mayor especialidad.

Pero con ambos existía el miedo. Miedo de ser abandonado, el miedo de apartarlos gracias a mi ambición...

Apreté su mano con más fuerza y cuando menos pensé, estábamos frente a mi casa.

Por un momento, pedí férreamente para que esto fuera eterno: su compañía de camino a casa, la sonrisa expandida por toda su cara, el brillo de sus ojos y sus sentimientos. Los reales. Los que sólo tenía para mí.

Abrí con cuidado y entramos despacio.
—¡Estoy en casa! —Hablé, sintiendo nada más que la presencia del viento.

Nos quitamos los zapatos. Encendí la luz y caminé hacia las ventanas para abrirlas.

—Ya sabes, siéntete como en casa.

Deseaba que eso no estuviera muy lejos.

Una vez más. ' kagehina. [HA2023]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora