Mi amor es tuyo

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NO ME IBA A QUEDAR SIN HACER UN SIDLINK DE SAN VALENTÍN ESO JAMÁS! Amo mucho a estos dos, demasiado, por eso si o si tenía que hacerles algo oara esta fecha porque ellos siempre serán mi OTP y mi confort ship 💛

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Sidon miraba complacido el anillo que se veía diminuto en su enorme mano, pero que sería ideal para la persona a la que iba dirigida. —Los rumores de tu habilidad sin duda se quedan cortos con el resultado real. Es un trabajo maravilloso —su adulación a su trabajo no era una exageración. El anillo de plata llevaba patrones parecidos al de las estructuras zoras, con una versión en miniatura por encima del legendario Zafiro Zora, una mítica reliquia que se mencionaba en las leyendas de su pueblo.

Emri infló su pecho con orgullo. —Ciertamente es uno de mis mejores trabajos, dediqué todo mi tiempo en el anillo para que quedará acorde a sus especificaciones y poder entregarlo con orgullo frente a usted, su alteza.

El príncipe colocó el anillo de regreso en el estuche rojo en el que venía, aunque tal vez lo cambiaría por otro más adelante. —El resultado supera incluso mis expectativas y le estaré eternamente agradecido por su trabajo.

La mujer gerudo sonrió animadamente ante el elogio del príncipe. —Le deseo la mejor de las suertes cuando decida entregárselo a su voe especial.

Con una reverencia Emri dejó la sala en la que estaba y se marchó de regreso a la ciudadela para alardear de su mayor encargo hasta la fecha. Pero eso ya no era del interés de Sidon, su mente estaba muy ocupada pensando en cómo debería de declararse ahora. Si por él fuera, lo gritaría al cielo, para que todos supieran que él desposaría al héroe de Hyrule. Pero Link era más reservado que él, sabía que él preferiría algo más privado, que fuera un momento especial compartido solo entre ellos.

Y no había nada que deseara más que la comodidad de su preciosa perla, así que tendría que buscar un momento en el que ambos estuvieran a solas una vez que él volviera de su viaje.

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Sidon miró atentamente a Link hablando animadamente de su aventura más reciente junto a Bazz y algunos niños pequeños. Su gente siempre disfrutaba oír las historias de su amado, y no era para menos, a pesar de su apariencia algo delicada siempre se veía envuelto en situaciones directamente sacadas de un libro de aventura.

El rubio volteó a donde él se encontraba y el corazón del príncipe se derritió al ver como sus orejas puntiagudas se levantaban y sus ojos azules adquirían un brillo de alegría. Era tan afortunado de que su perla lo amará de la misma manera que él lo hacía.

Link corrió a él y lo abrazó emocionado. —¡Sidon, te extrañé!

El gran zora rojo respondió al abrazo con una amplia sonrisa con dientes afilados. —Yo también te extrañé amor. El dominio se sentía muy vacío sin ti para llenar mi hogar con tu presencia.

—Sidon, estás exagerado —Link se separó de él y trató de cubrir la forma en la que sus orejas se colorearon de rojo con su capucha. Se veía lindo cuando se avergonzaba así.

—No es ninguna exageración, hablo completamente en serio. Pero eso no es de lo que quiero hablar contigo ahora. Me gustaría que fuéramos a un lugar más privado ¿algún lugar en mente?