p r ó l o g o

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«Si tu bailas, yo bailaré,
y si no lo haces, yo bailaré de todas formas. »

El pitido de las máquinas que medían mi ritmo cardíaco me despertaron poco a poco de mi sueño. ¿Cuánto tiempo ha pasado? Quizás tres hora, o cuatro, o diez... Me dolía mucho el pecho y el estómago, y me sentía bastante débil. Mis ojos se abrieron poco a poco, la luz de la habitación blanca me cegó, por lo que tuve que cerrar los ojos nuevamente de golpe mientras se acostumbraban. Miré a mi alrededor. Había una maleta en una esquina, y bolsas con botellas de yogurt y agua. Mi atención se fijo en la mujer que yacía sentada con la mirada perdida en el suelo. Podía ver lo cansada que estaba. Sus ojos estaban hinchados, sus cabellos alborotados y sus ojeras se remarcaban más que nunca. Ella automáticamente levantó su vista hacia mí cuando notó que me moví un poco. Ahí pude notarlo... su dolor.

Mis ojos se llenaron de lágrimas cuando caí en cuenta qué es lo que había pasado. El arrepentimiento me llenó completamente y no pude evitar soltar las lágrimas y sollozos que tenía acumulado en mi interior. Ella se levantó del sofá de la habitación, con las lágrimas cayendo por su rostro y me abrazó.

18 amitriptilinas, 10 aspirinas, 10 ibuprofenos, un energizante, una taza de café... todas al mismo tiempo.

— Ya dos veces. No pensaste en mí, hija. Ni en tu papá, ni en los que te amamos de verdad.

— Perdóname, mami. Perdóname.

Mi mente recordó. Fueron como memorias corriendo sobre mi cabeza.

«— Hablemos, no me gusta que estemos así.

— Si, tenemos que hablar de algo.

Mi corazón se hundió y comenzó a palpitar rápido. Me comenzó a faltar el aire y mi cuerpo comenzó a tener pequeños espasmos.

— ¿Yoonie?

Hubo silencio al otro lado de la línea, solo para que después suspirara entrecortadamente. — Creo que lo mejor es terminar.

Comencé a temblar fuerte, mi cuerpo no tenía control propio y mi corazón comenzó a doler. — ¿Porqué? ¿Ya no te sientes igual conmigo?

— No...

Sollocé fuerte mientras me tapaba la boca para que mi madre no me lograra escuchar.

— ¿Porqué siento que hay alguien más? — silencio. — ¿Es eso, Yoon? ¿Hay alguien más?

— Creo que si.»


« — ¿Estás en el trabajo?

— ¿Tú que crees, Yoon?

No habló por lo que conté un minuto, hasta después. — No dejo de pensar en ti desde ayer, estoy muy arrepentido por lo que te dije, en verdad. Me dejé llevar por mis impulsos. Te amo y si quiero cumplir todas las cosas que te prometí.

— ¿Porqué no te creo?

— Porque la he jodido mucho contigo, Liah. Te extraño, extraño que me digas mi amor. No quiero perderte.

— ¿Quieres volver conmigo?

— Si.

— Gáname y hazme confiar en ti de nuevo. »


« — Perdóname, Li. Pero fue un error. Ya no quiero tener ningún tipo de compromiso contigo y si, si quiero tirar la toalla con todo el futuro que nos prometimos.

Sollocé tan fuerte que mi garganta dolió. — ¿Porqué te empeñas en jugar así conmigo, Yoon? ¿Qué te he hecho yo para que me rompas el corazón de esta manera?

— Perdóname...

— ¡No! Tú no sientes ni lo mínimo que siento yo, cállate. Cállate, solo cállate.

— Solo espero puedas encontrar a alguien mejor...

— ¡Nadie es tú! Tú, Min Yoongi. Sabiendo mi historia, como te consideré mi lugar seguro, todo lo que me hicieron, todo lo que pasé, también te empeñaste a ser una de esas personas que me hirieron. ¡Me lo prometiste, que no me harías daño! Y eres el que más me rompió... ¿qué te he hecho yo, Yoongi? ¿Porqué te empeñas en romperme así? ¿Qué te he hecho?... »


« — Dime que me amas, una última vez.

— No lo haré Li, ya no jugaré contigo de esa manera.

— Por favor, Yoon. No me importa si no lo sientes así, solo dime que me amas de mentira... por favor, es lo último que te pido. — sollocé contemplando las pastillas que yacían en el suelo del baño de la empresa. Mis manos temblaban, me costaba escribir en el celular por tanta ansiedad que sentía.

— Por el bien tuyo, tengo que bloquearte. Lo siento, Li. Ya no puedo hacerte esto.

— No lo hagas, por favor Yoon...

— Adiós, Li. »


« — Señor, perdóname. Solo dale fuerzas a mis padres. Ya no puedo más con tanto dolor. — me golpeé repetidamente en el pecho y sollocé fuerte. Cogí las pastillas en mi mano, miré al cielo, y con un último 'Dale fuerzas, mi Dios.', las empiné en mi boca y las pasé con la Monster que le había pedido a mi papá. »


« — ¡Jimi, llevémosla al hospital ya! Está demasiado pálida. »


Me apreté más fuerte contra los rechonchitos y suaves brazos de mi madre, sintiéndome segura en ella. — Te iba a dar un infarto, hija mía. Has venido con la presión demasiado baja. Llevas un día y medio dormida. Esta vez si casi te pierdo.

Mi corazón se volvió a hundir. — ¿Ya ves que Dios tiene algo preparado para ti, mi princesa? — asentí, sintiéndome demasiado bien cuando me acariciaba la cabeza y me daba un beso en la cien. — Pudiste con otras dos, vas a poder con esta mi amor. Solo confía, pero no me vuelvas a hacer esto.

Negué, mientras me separaba de ella y limpiaba mis lágrimas. — No lo haré más mami, te lo prometo.

— Te amo mucho, mi princesa.

🦋

update real de la escritora: ya pasaron dos meses desde que terminamos, un mes desde que sucedió eso. no duele tanto como antes, pero revisé tu perfil y vi como sigues tu vida normal con tu nueva mujer y yo aún no me sano completamente de lo roto que dejaste mi corazón. pero está bien, supongo.

Yes To Heaven ➸ YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora