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«Tengo mi mirada puesta en ti. »

— ¿Y qué le pasa a esta pelos de espantapájaros? — Joohan y su maravillosa forma de decir "buenos días." Apenas entraba al salón con cara de "vine porque mi mamá me obligó, pero aún tengo la cama pegada a mi."

— Desde que vino se la ha pasado buscando al tío que vio en el parque el sábado. — esta vez fue Dira que habló.

Mi mejor amigo me miró con cara de "¿es enserio?". Me encogí de hombros. — He conseguido una foto, es un avance.

— Enseña. — Joohan pidió. Enseñé la foto que conseguí en Facebook. Era una actividad que se había hecho ahí mismo en el parque Sinam. Al parecer de canto o algo así. Él se encontraba parado, sostenido una botella de agua y a la par había una chica que le extendía un certificado de participación. El chico salía sonriendo, mostrando sus blancos y pequeños dientes adornados por brackets de goma negra. El chico se miraba demasiado lindo por alguna razón, y mi interés por saber quién era se intensificaron aún más.

— Uy...

— ¿Cómo que uy? — lo miré mal. — El chico es lindo.

— Más guapo estoy yo. — pasó sus brazos por detrás de su cabeza, haciendo que los músculos de sus brazos se tensaran. Se miraba atractivo así. — Te apuesto dos mil wones a que ese tipo se droga.

— Si, yo también lo creo. — asintió Ahnna, mientras observaba bien la foto del pelo azabache.

— Bueno, no me interesa. — lo seguí viendo, maravillada.

— Bueno, si es lindo el chico. Además, dicen que ellos lo hacen rico...

— ¡Dira!

— ¿Qué? Solo digo lo que dicen. — se encogió de hombros, inocentemente. — Dices que es rapero, ¿no? Puntos extra, lengua ágil.

Rodé los ojos. Justo en ese momento, llegó la pelicastaña de Rian con su usual caminado de diva, su bolso echado en un hombro y su vista en su celular. Lo guardó en el bolsillo de la falda escolar y nos vio. — Hola, manada de sapos. ¿De qué hablan?

— Del tío que vio Lili en el parque. Lo está buscando por todo Facebook.

— Ah, suerte con eso, amiga.

— Ayúdenme más bien, ¿no quieren?

— Vale, vale. — mis amigos aceptaron a echarme una mano.

— Paso mi amor, haré lo de matemáticas. — Rian dijo. — Dani, ¿lo hiciste? Préstamela.

El resto de la media hora que quedaba antes de que tocara el timbre para comenzar las clases, mis amigos desde sus respectivos celulares me ayudaban a buscar al pelinegro que solo miré una vez en mi vida por menos de diez minutos. No tuvimos exito y nos detuvimos cuando el timbre sonó. La primera y segunda hora solo tocaba Sociología. No hacíamos nada, más que resúmenes mientras nuestra profesora se mantenía en su celular. Cuando podía, seguía con mi búsqueda del chico, pero a la vez lo sentía incorrecto. ¿Por qué? Fácil. Por Jung Hoseok.

Aunque mi confianza con él se había perdido, mi corazón aún sentía amor por él. Me hacía sentir demasiado feliz y segura. La forma en la que era conmigo, como me trataba, las cosas tan bellas que me decía... me hacía olvidar definitivamente todo lo malo en mi vida, aún cuando mi corazón aún sufría por todos esos malos entendidos. Tenía la ilusión de un día conocerlo y poder abrazarlo... no lo sé. Simplemente no quería estar sin él, aún cuando ya no sabía lo que sentía en el fondo por tanta desconfianza.

— Aish, joder. Me estresa ver a Liah buscando tanto. Enseña, quiero ver si lo conozco. — Rian me arrebató mi celular y vio la foto del pelinegro que tenía en la galería. — Ah, creo que ya sé quién es.

Yes To Heaven ➸ YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora