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El terror de mis relatos proviene de la densa oscuridad de mi corazón
Edgar Allan Poe
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Hola, soy Hellen, mis amigos... mis otras personalidades, me llaman Hell. Tengo 19 y actualmente estoy internada en el manicomio católico de Saint Michael. Sufro depresión postraumática y desencadeno ataques de ansiedad en situaciones sometidas a alto estrés. Eventualmente mis episodios psicóticos van y vienen acompañados por alucinaciones, malas alucinaciones. Al menos la medicación me mantiene sedada y controla las visiones, al menos finjo que así es, como si no supiese que es un placebo.
Hace 8 años sufrí mi primera crisis. Regresaba esa tarde del instituto. Me acompañaba Rose, mi mejor amiga, la única a decir verdad. En aquel entonces solía dibujar un futuro, uno que me gustaba imaginar: volando como una mariposa cual percibe a distancia la flor que necesita para estar completa, su felicidad es tanta que olvida como el aire que bate sus alas comienza a cambiar; el júbilo enmascara la aparente inmunidad en que se envuelve para volar y el peligro se disfraza de sombra y la hace su presa allí donde es más vulnerable.
Rose era mi flor, estaba tan feliz yendo hacia ella que no vi la telaraña y quedé paralizada, atrapada sin posibilidad de escapar, esperando a ser devorada por el monstruo, y lo peor de todo es, que nunca esperé que el propio monstruo estuviese dentro de mí.
Desde entonces Rose nunca regresó a mi vida. La oscuridad en mi interior liberó demonios en el momento perfecto de una desesperada mirada, después de todo, son los muertos los que cuentan cómo los ángeles caen. La he extrañado desde aquel día en el que no pude impedir que el infierno se abriese, el día en el que, la maté.
Usualmente nos despedíamos en la esquina del orfanato donde sus padres la socorrían hasta casa y yo, pues yo regresaba a mi agujero, a mi pequeño mundo, al mundo de solo esa esquina y nada más.
Rose era muy amable con las demás chicas, pero era especialmente sensible conmigo. Sus padres gozaban de una privilegiada posición económica, algo particularmente extraño en este pueblo de mala muerte. Un día me propuso ser su hermana, sus padres me adoptarían y estaríamos realmente unidas para siempre. Me emocioné mucho, Rose era la única niña que amaba, la única niña en todo el mundo. Compartir un hogar junto a ella sería como soplar velas teniendo el deseo delante.
Siempre íbamos juntas a todos lados, hablábamos de chicos, recuerdos, sueños... Una mañana me comentó algo aterrador, sus padres últimamente discutían mucho y ya no le gustaba estar en casa. A medida que pasaron los días la vi más deprimida, sonreía como siempre pero, al despedirnos su expresión palidecía, sus pupilas dilatadas fijaban mis ojos, yo era la única locutora de sus profundos lamentos. Nunca olvidaré esa expresión que marchitaba las desoladas hojas del invierno.
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E.A.H.T.W.S
Science Fiction༺ღ༒ ꫀׁׅܻ݊ɑׁׅhׁׅ֮tׁׅᨰׁׅׅ꯱ ༒ღ༻ 🕯️E ven 🕯️A ngels 🕯️H ave 🕯️T heir 🕯️W icked 🕯️S chemes ꫀׁׁׅܻׅ݊᥎ׁׅꫀׁׅܻ݊݊ꪀ ɑׁׅ݊ꪀᧁׁꫀׁׅܻ݊ᥣׁׅ֪ׅ꯱ hׁׅ֮ɑׁׁׅׅ᥎ׁׅꫀׁׅܻ݊ tׁׅhׁׅ֮ꫀׁׅܻ݊ꪱׁׁׁׅׅׅꭈׁׅ ᨰׁׅꪱׁׁׁׅׅׅᝯׁ֒ƙׁׅꫀׁׅܻ݊ժׁׅ݊ ׅ꯱ᝯׁ֒hׁׅ֮ꫀׁׅܻ݊ꩇׁׅ֪݊ ꫀׁׅܻׅ݊꯱ (Incluso los...