La fábrica de pócimas de amor

87 5 0
                                    

Eros estaba cansando de hacer pócimas de amor, estaba hastiado de que gracias a él todos pudieran conseguir el amor mientras él se consumía en la soledad. Es por eso que un día decidió escaparse, dejando la fábrica de pociones de su madre. Fue a buscar su libertad, quería un día en el que pudiera ser otra persona sin preocuparse por nada. Ese día cuando salió se encontró una chica con una caja de chocolates llorando en una banca. —Hola, ¿por qué lloras?—le preguntó.

—Le regalé a un chico una caja de chocolates y me dijo que eran horribles igual que yo—respondió ella y lo miró llena de tristeza. A Eros no le pareció que la chica fuera fea, ella era sencilla pero tenía unos ojos vibrantes y unos labios carnosos rojizos. Simplemente no había sacado todo su potencial, tenía sus rulos despeinados y un traje ancho que no le favorecía en nada.

—¿Entonces vas a quedarte sentada en esta silla sintiendo lástima por ti misma solo porque un chico tonto no quiso aceptar tus chocolates?—le preguntó Eros y la miró con desaprobación.

—Supongo que sí, ¿que más puedo hacer?—preguntó ella.

—Puedes seguir con tu vida, amar a alguien más o simplemente disfrutar de lo que queda del día de San Valentín—ella se quedó mirándolo y al escucharlo se secó las lágrimas.

—Bien—respondió ella.

—Bien, ¿qué?—preguntó Eros curioso.

—Disfrutaré de lo que queda del día de San Valentín—se levantó de la banca. —¿Quieres venir conmigo?—la chica le ofreció su mano a Eros y este se quedó sorprendido. Nadie jamás lo había invitado a una salida antes y aunque se sentía extraño, la idea de pasar una divertida velada con una chica bonita le parecía excitante.

Cupido Flechado(Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora