¿Y si en lugar de Lucerys Velaryon, era su hermano mayor, Jacaerys, quien iba a Storm's End en su lugar? ¿Qué hubiera pasado si caía en manos de su tío?
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Luego de haber volado hasta Storm's End para hacer un pacto con Lord Boros para asegurar su apoyo y el de los Baratheon para la guerra que se avecinaba por el reclamo al trono de hierro, Aemond regresó triunfante a la Fortaleza Roja, además de traer buenas noticias, también trajo un pequeño presente para su hermano el rey, un presente... Especial, uno que de seguro lo haría bastante feliz.
-Hermano - Saludó haciendo una leve reverencia - Sospecho que, para ti, no es importante en lo más mínimo esta alianza con Lord Boros, ¿O me equivoco?
Aegon se limitó a negar con la cabeza, milagrosamente estaba sobrio.
-Sabes que no quería esto para empezar...
-Lo sé, es por eso que... Decidí traerte un pequeño obsequio de mi visita a Storm's End. No fue fácil conseguirlo a decir verdad, se resistió demasiado, sin mencionar que vino forcejeando todo el camino, tuve que matar un dragón para conseguirlo - informa sin quitar de su rostro su siniestra sonrisa - De todos modos, tengo que retirarme ahora, tu regalo está esperándote en tus aposentos, espero que lo disfrutes, aunque... - soltó una pequeña risita traviesa - Es un poco agresivo, tan feroz como un dragón - reía mientras se retiraba del lugar.
Aegon se sintió ligeramente confundido, intentaba descifrar el mensaje tras las palabras de su hermano y de repente tenía la curiosidad invadiendo su ser, quería saber de que se trataba este "regalo" del que Aemond hablaba, rápidamente se levantó de su asiento y se dirigió con paso apresurado hasta sus aposentos, sintiéndose ansioso. "Tan feroz como un dragón", ¿Y qué podría ser eso? O quizás.. ¿Quién podría ser? O no, mucho mejor era preguntarse, ¿Por qué aquel regalo lo haría sentir mejor? ¿Qué podría cambiar en él? La curiosidad se lo tragaba vivo, por lo que sin pensárselo dos veces abrió la puerta de su habitación, al querer despejar sus dudas quedó completamente sorprendido. Al parecer el dichoso regalo que su hermano tenía para él no era otro más que su querido sobrino, Jacaerys Velaryon, el bastardo Strong y dueño de sus fantasías.
Estaba sentado sobre la cama, atado de pies y manos, claramente herido. Habían asesinado a su dragón mientras él lo montaba, así que las heridas eran algo esperable, su cabello y ropas estaban completamente empapadas por la lluvia, su mirada era oscura, perdida en la nada, apagada, no parecía perturbado en lo más mínimo por la presencia de Aegon en su habitación, por lo que este se acercó sin dudar a su regalo, aun con la sorpresa inicial.
-Sobrino... - fue lo único que pudo decir de primeras, recuperándose de la repentina sorpresa - Esto es una suerte para ti - ahora hablaba en tono más confiado, actuando con arrogancia - Deberías sentirte agradecido, mi hermano podría haberte asesinado fácilmente, igual que a una mosca
-Hubiera sido lo mejor - murmuró sin emoción alguna en su voz.
-¿No crees que es un honor ser un regaño para tu rey?
-Tú no eres el rey... Eres un usurpador, el trono es de mi madre, es su derecho de nacimiento y tú se lo arrebataste, ¡Debería matarte por eso!
Aegon, lejos de ofenderse por sus palabras, sonrió complacido y lo agarró por la barbilla, tirándolo hasta que sus rostros estuvieron lo suficientemente cerca para que Jace pudiera sentir el cálido aliento de su tío en su rostro.
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𝓤𝓷𝓽𝓲𝓵 𝓣𝓱𝓮 𝓦𝓪𝓻 𝓘𝓼 𝓞𝓿𝓮𝓻
Fanfiction¿Y qué hubiera pasado si quien iba a Bastion de Tormentas no era Lucerys, sino que su hermano Jacaerys Velaryon? ¿Qué tan diferente habria sido la historia?