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Jihyo había sido consciente de que los capitanes de equipo mayores guardaban una reserva oculta de cerveza para los días en que querían relajarse durante años.

Dios sabe que ella estaba en extrema necesidad de hacer precisamente eso. Se coló en la cafetería, tomó un paquete de seis y caminó hacia el lago. Se sentó junto al pequeño muelle y abrió la lata, dejando que el sabor amargo llenará sus papilas gustativas.

Era una noche tranquila, el agua debajo de ella estaba en calma, todo era perfecto para pasar un tiempo a solas, que tanto necesitaba.

Hasta que oyó crujir una de las tablas y se volvió hacia el sonido.

─ Supongo que tuvimos la misma idea esta noche, ¿eh? ─ Una Jeongyeon cojeando estaba de pie al principio del muelle con un paquete de 6 cervezas para ella, con el tobillo fuertemente vendado.

─ ¡Estas lastimada! ¿Qué haces caminando por los senderos?

La niña la ignoró y procedió a preguntar.

─ ¿Te importa si me siento?

Jihyo sintió que su corazón latía como si quisiera escapar de su pecho. Había pensado en lo que le diría una vez que la volviera a ver y ahora estaba parada frente a ella y la mente de Jihyo estaba en blanco.

─ Está bien ─ Ella simplemente dijo.

Cuando la niña se sentó fue como si la paz y la tranquilidad que el lugar le había brindado de repente no pudieran compararse con la paz que su presencia le brindaba.

─ Deberías haber traído una chaqueta ─ La chaqueta universitaria de Jeongyeon descansaba sobre sus hombros. La chica sentada a su lado resopló y Jihyo escuchó que se abría la lata de cerveza.

Jihyo se abrazó así misma con la tema, el perfume cítrico llenando sus sentidos ─ Gracias.

─ No es nada.

¡Vamos, Jihyo, di algo, lo que sea!

─ Eh, Jeongyeon-la niña tarareo ─ Yo solo quería decir que lo siento.

─ ¿Lo sientes realmente? ─ Por supuesto que ella no te cree.

─ Yo ─ Jihyo se movió para poder mirar a la chica ─ Nunca he sido buena con las palabras, pero he estado trabajando en eso y ahora puedo decirte todo lo que debería haberte dicho antes.

La chica no dijo nada. Simplemente abrió otra lata y se la bebió. Jihyo decidió continuar.

─ Le conté a Nayeon sobre nosotras.

─ ¿Lo hiciste? ─ Jeongyeon estaba realmente impresionada por esto.

─ Sí, sé que la cagué a lo grande y lo siento. Tenía miedo de tantas cosas y no sabía cómo expresarlas, siempre fuiste tan buena conmigo. Nunca me avergoncé de ti, tenía miedo de ir al mundo real y perderte, en realidad fue tan estúpido, debería habértelo dicho pero no sabía cómo. Te ibas, es cierto que esta muy cerca, pero tenía tanto miedo de esa pequeña distancia porque eres tan fácil de amar, eres tan buena con todos y tenía miedo de alejarse y al final lo hice. Eres todo mi primer Jeongyeon, sé que te lastimé y no espero que me perdones solo porque te abrí mi corazón, pero siempre seras especial para mi, incluso si no estamos juntas.

Algunas lágrimas caían por sus mejillas, Jihyo se estiró para limpiar las de Jeongyeon.

─ Debería odiarte ─ Dijo con una voz húmeda.

─ Está bien si lo haces, te lastime.

─ Debería odiarte, se que debería, pero lo que más me duele es que no importa cuanto lo intente nunca lo logro, te amo tanto que mi corazón me ruega que paré.

─ ¿Todavía me amas?

─ Por supuesto, Jihyo, nunca he dejado de amarte.

La poca fuerza que tenía Jihyo estaba fuera de la ventana, se había puesto a llorar.

Jihyo sintió que Jeongyeon le pasó un brazo por los hombros y la atrajo hacia sí, cedió al contacto, no quería pasar más un momento lejos de ella.

─ Jeongie, por favor, perdóname, nunca quise lastimarte así.

Sintió como su rostro era levantado por las manos de la niña y como limpiaba las lágrimas que seguían cayendo de sus ojos.

Las chicas eran un desastre de llanto mientras se aferraban una a la otra.

─ Nunca te odié, bueno, tal vez entre los 8 y los 14 años, probablemente lo hice ─ Una risa húmeda escapó de sus bocas ─ Pero después de ese tiempo nunca te odié, tenía miedo de decírselo a todos, no porque fueras tú, sino porque nunca había experimentado nada de lo que me hiciste sentir y fue tan crudo. Solo quería guardármelo para mi un poco más. No fue justo para ti, ahora lo sé.

─ Está bien ─ Sintió que la niña mayor le daba un beso en la sien ─ Ambas cometimos errores, tal vez necesitábamos que esos errores sucedieran para mostrarnos cómo no hacer las cosas.

Siguió abrazando a Jihyo hasta que la posición se volvió demasiado incómoda: ─ Todavía te amo ─ Dijo Jihyo.

─ Lo sé, yo también.

─ ¿Puedo besarte?

─ Por favor.

Jihyo nunca esperó que sus labios probaran la dulzura de Jeongyeon nuevamente, recordaba todas las veces que se besaron escondiéndose, ya no quería eso. Jeongyeon no se merecía eso.

─ Te extrañé mucho. Lo siento, nunca volveré a hacer algo asi.

─ ¿Lo prometes? ─ Esta, esta era su bandera blanca.

─ Promesa de meñique ─ Enlazaron sus dedos meñiques sellando su promesa.

Entre los brazos de Jeongyeon, Jihyo podía sentir cómo el mundo le sonreía, cómo el aire frío ahora era reemplazado por la calidez de Jeongyeon, cómo el sol había comenzado a aparecer en el horizonte.

─ Jeong, quiero una oportunidad real de lo que sea que tengamos, no más escondernos.

Una pequeña sonrisa floreció en los labios de la niña ─ ¿Eso significa que puedo gritarle al mundo que la única Park Jihyo es mi novia?

─ ¿Novia? No recuerdo haberte preguntado ─ Una sonrisa igual estaba en su rostro. Era como si estuvieran de vuelta en ese verano donde aprendieron a amar.

─ Lo haré entonces. Park Jihyo, ¿quieres ser mi novia?

─ Si, por favor que todos sepan ─ Presionó un beso en los labios que tanto había extrañado ─ Puedes decirle al mundo.

─ Park Jihyo es mi novia ─ Ella le susurró al oído ─ Eso es todo, eres mi mundo entero.

─ ¡Oh, Dios mío, te odio tanto! Eso fue tan cursi ─ Jihyo se estaba riendo tan fuerte que Jeongyeon tuvo que callarla con un beso.

─ Está bien, cúbrete los oído ─Jihyo lo hizo ─ ¡MI NOVIA ES PARK JIHYO, LA ÚNICA QUE GANÓ TODOS LOS JUEGOS DE ESTE CAMPAMENTO EN EL MISMO AÑO EN TODA SU HISTORIA! ─ Jeongyeon gritó en dirección a las cabañas.

─ Estás loca, son como las cuatro de la mañana.

─ No me importa, te amo.

─ Yo también te amo.

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─ Ustedes dos no pudieron anunciarlo al mediodía o algo así, ¿No? ─ Nayeon gritó desde la puerta de su cabaña: ─ Estoy muy, muy feliz por ti, ¡Pero vete a la mierda!

─ ¡Exactamente mis sentimientos! ─ Momo gritó desde su cabaña.

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𝗢𝗗𝗜𝗢 𝗔 𝗬𝗢𝗢 ⤷ 𝗝𝗘𝗢𝗡𝗚𝗛𝗬𝗢 !!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora