El día que iba a quedar con Michael para correr estaba aún más nerviosa que los días anteriores y mi vecina, que tenía mi edad y era también una de mis mejores amigas bajo a mi casa para decirme que hacer.
A decir verdad fue bastante gracioso, ya que me decía que debía hacer y si nos besariamos, pero yo sabía perfectamente que eso no pasaría ya que los dos eramos bastante tímidos.
Cuando llego la hora de irme fui pensando en como reaccionaria, esperando a que no saliese de mi alguna estupidez o esa voz tímida que odio que me salga. En fin, allí estaba, el estaba esperándome sentado en su portal y cuando me vio acercándome me dirigió esa sonrisa bobalicona que me encantaba, a lo que le respondí con una amable y tímida una sonrisa.
Nos saludamos de dos besos y como las veces anteriores él olía muy bien, esta vez era diferente, era una fragancia suave y dulce que se me hacía conocida.
Empezamos andando rápido para ir calentando y hablábamos de lo primero que se nos venía en mente, me contaba anécdotas graciosas que le habían pasado y me hacía reír. Cuando empezamos a correr, llevábamos buen ritmo, al menos yo intentaba correr más rápido de lo que normalmente corría.
Al cabo de unos minutos en una cuesta nos encontramos a dos amigo de Michael, los cuales solo conocía a uno ya que había ido con el al colegio, en ese momento no supe que pensar, ya que ellos también estaban corriendo y nos dijeron que fuésemos con ellos, lo que hizo que se complicarse la situación, porque son chicos y normalmente corren más y eso fue lo que pasó... Empezaron a correr, y ¡vaya que si corrian! yo hacía todo lo posible por seguirles el ritmo hasta que no pude seguirles el ritmo y me quedaba un poco atrás, algo que noto Michael.
-¿Vas bien?– dijo él
–Sí, pero creo que no soy tan rápida. – dije con la respiración entre cortadaÉl decidió quedarse conmigo corriendo a menos velocidad, lo que me hizo sentir bien y sonrojarme más de lo que ya estaba por el esfuerzo, "al menos era considerado y me presta atención" pensé. Llegamos a un parque en el que habían aparato para hacer ejercicio, yo me subí a una especie de bicicleta mientras él con los otros dos chicos hacían flexiones en barra, algo que me hizo sonrojar no sé muy bien por que.
Pasado un rato me pregunto que si quería volver, a lo que le respondí que sí, ya que era tarde, pero que si quería se podía quedar y ya me iba yo, pero él insistió en acompañarme a mi casa y eso hizo.
Llegamos al portal de mi casa, después de un largo camino que se me hizo ameno con su compañía y conversación, nos despedimos de dos besos y me dijo que luego me hablaría por whatsapp.