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Las luces apagadas, el aire frío entraba por la ventana, dando un ambiente pesado. Con la mirada en el reloj; esperando con paciencia a que el que se supone que es su marido aparezca por la puerta.

El vino a punto de acabar, la copa casi vacía yacía en su mano, curioso; pienso viendo todo el escenario presente ante mi. Se escucha el sonido de la puerta ser abierta y ahí aparece el tan esperado hombre, pero había algo más, olía a vainilla; olor que para nada corresponde a la fémina sentada en el sillón.
Las luces fueron prendidas, la mujer miraba expectante a la excusa que le daría el hombre, todo en silencio. Miraba los rostros de cada uno esperando algo, un movimiento; un gesto, cualquier cosa, pero nada.
  
  —Que sorpresa ¿algo que me quieras contar? — se animó a hablarle, su rostro serio no dejaba a la vista ninguna expresión de tristeza o furia, solo su voz era necesaria para reflejar lo que sentía.

Una sonrisa bastante cínica a mi parecer se mostraba en el rostro del castaño. — solo salí a tomar unas copas con unos amigos— raro, bastante raro, todos en esta habitación sabíamos que era una vil mentira — no empieces otra vez con tus celos tóxicos — solo basto que dijera aquello para que la chica se levantará y le diera una cachetada que lo tiró al piso.

Si fuera el ya estaría llorando en una esquina, pero no soy el por lo que solo me empecé a reír de la tonta situación — ¡Que mierda te pasa! ¿¡Acaso te volviste loca!? — le gritó desde su sitio, si fuera ella sí que me hubiera vuelto loca, es sorprendente como logro aguantarlo durante tanto tiempo.
Voltee yendo hacia donde se dirigía la otra, y fue una sorpresa para el y yo ver cómo salía de la habitación con unas maletas en mano.
 
— si, estoy loca, pero por haber aguantado a un idiota por tres años seguidos; que para rematar es una sanguijuela chupa dinero— respondió a lo anterior dicho por el idiota tumbado en el piso — por cierto, vendí el apartamento así que lárgate lo más rápido posible — y se marchó, sin siquiera dejarlo hablar.

Y ahí estaba yo, viendo la cara del tipo en estado de shock. Sin perder mucho tiempo fui detrás de ella, no pensaba quedarme viéndole la cara a ese infiel sin vergüenza.

En el camino pude ver cómo tomaba un taxi y se dirigía al aeropuerto, al parecer este fue su plan desde el inicio, voltee a verla y logré apreciar como una pequeña lágrima era derramada para seguidamente ser secada.

Lo admito, nunca pensé que todo terminaría así, es verdad que el idiota nunca me agradó, pero no pensé que llegaría al punto de serle infiel. La pobre estaba destrozada y aún así nunca lo demostraría, porque odia que la vean llorar. No; odia que la vea vulnerable y se aprovechen de su estado, después de todo así es ella.
  
—gracias— le pago al taxista y se adentro al aeropuerto, no pasaron un par de minutos hasta que se encontró sentada esperando a que llamarán el que sería su vuelo.

Próxima parada; Forks.

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⏰ Última actualización: May 01 ⏰

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Kiss-Kiss || Jasper Hale Donde viven las historias. Descúbrelo ahora