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A scared madman...

¿Mikey-kun? — Ojos azules tal cual el cielo se azomaban por la puerta medianamente abierta, su voz angelical sonaba un poco rota, pero seguía siendo igual de hermosa.

"Takemicchi... "

Una cabecita rubia se irguió tan pronto escucho la linda melodía dada por el lindo pelirubio teñido.

¿Takemicchi?—Preguntó de igual forma, abriendo sus ojos y tallandolos de forma perezosa, fácilmente podríamos decir que se encontraba dormido.

Shh, Mikey-kun— Los iris azules se paseaban por la habitación del rubio cenizo, parecía buscar algo o quizás a alguien.

¿Shh?— Cuestionó, también mirando alrededor, buscando la causa de que el rubio teñido estuviera revisando toda su habitación.

Detuvo sus ojos mirando fijamente al Hanagaki menor, estaba oscuro, pero esos ojos azules brillaban demasiado.
Vio como Takemichi llevaba la mano a su boca y abría en demasía sus ojos, bastante sangre salía de sus cuencas y comenzaba a murmurar cosas inentendibles.
Manjiro, asustado se puso de pie, pero su cuerpo recibió una fuerte brisa. Miró a sus lados dándose cuenta que ya no estaba en su habitación, ahora estaban encima de una moto y él manejaba.

"Esto no puede estar pasando..."

Intentó detenerse, pero su cuerpo no respondía, miro hacia atrás y fue lo peor que pudo haber hecho, se arrepintió.

Voy a morir, Mikey-kun...— Sus pupilas se dilataron y su respiración se entrecorto. Ese no era su Takemicchi, ese era un moustro.
Su rostro destrozado, razgado y con un ojo fuera de su cuenca, una sonrisa de oreja a oreja mostrando cada uno de sus dientes puntiagudos, sus brazos rotos moviéndose como hojas al compás del aire, su cabello tintado de sangre y su voz espeluznante.

Duele, Mikey-kun... — Sus labios resecos se movían despacio y con calma. "No, él no es Takemicchi..." Manjiro negó y giró su cabeza hacia el frente, viendo como un trailer venía directamente hacia ellos.

¡Detente, Mikey-kun! ¡Detén la moto! — Escuchó a sus espaldas. Intentó frenar o desviarse, pero todos sus esfuerzos fueron en vano. Aguanto la respiración, su corazón latía de manera desenfrenada.

" No, no, no... "

¡Mikey-kun!— Cerró los ojos con fuerza, no miraría al falso Takemichi y tampoco miraría al vehículo que venía hacia ellos. Respiró hondo sintiendo el olor del humo del motor chocar contra su nariz inhalandolo también.
"Es solo un sueño, Mikey, solo un sueño"

Mikey-kun, detente, moriré— Un susurro resonó en su oído derecho y unas manos se adherían a su cintura con fuerza. Tembló ante el toque y se retorcio intentando soltarse provocando que aquellas manos pusieran más fuerza en su agarre.

Negó repetidas veces con la cabeza, estaba mareado y tenía náuseas, soltó el manubrio de la moto y cubrió sus oídos. Sus cinco sentidos estaban al tope con todo lo que estaba pasando, estaba al borde de una crisis nerviosa.

"¡Basta, basta!"

¡Mikey-kun! ¡Voy a morir!— Negó nuevamente y apretó los dientes. "Él no es Takemicchi, no lo es, ¡no lo es!"

Se inclinó hacia adelante sollozando, dejó de cubrir sus oídos y se abrazó a sí mismo, negando con más fuerza.
"No, él no es Takemicchi"

¡Mikey-kun! ¡Mikey-kun!— Las manos dejaron su cintura, ahora golpeaban su espalda descubierta, -¡Mikey-kun! ¡Duele!

"¡No! ¡Silencio!"

Mírame solo a mí  | Mitake [Pausada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora