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Lo único que pensaba Marinette Dupain-Cheng era en ese día, en el día en que el la dejo, el día que Adrien sin previo aviso se fue de su vida, dejando un hueco en su corazón

Fingia que las cicatrices del pasado ya habían sanado, lo hacía siempre enfrente a sus amigos a pesar de que ellos innumerables veces se daban cuenta que Marinette desde aquel día, nunca volvió a ser totalmente la misma

Lo único que corría por la cabeza de la azabache era cosas como si tan solo su padre no se lo hubiera llevado a Londres con su primo y su tia, con el pensamiento de que alfin Adrien maduraria y se convertiría en un Agreste, un digno modelo de fachada para que su marca de vestuarios siempre quedé en boca de todos como la mejor

Todos los dias pensaba en ese rubio de ojos profundos que si los mirabas por mucho tiempo eras capaz de perderte para siempre y la única manera de salir de ellos, era cuando su voz, suave y armoniosa te daba pie para una conversación que sin duda era capaz de alegrarte totalmente el dia

mientras que los días pasaban, Marinette sin falta, recordaba todos los días cada minuto de ese día como si fuera una acuchillada al corazón, Adrien Agreste le dolía como el sabor de una mala medicina que por más que pase el tiempo, nunca se le iba ese amargo gusto

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"-Marinette me estás escuchando?-exclamo su amiga Alya mientras apoyaba una de sus manos en los hombros de la azabache, no no podía ser lo que estaba escuchando, adrien no podía irse, no debía, porque tendría? Que es lo que haría? En que lo beneficiaria? Es necesario que se vaya? Era lo que él quería?

Tantas preguntas salían de su cabeza mientras negaba con la cabeza y apretaba sus puños y cerraba sus ojos con fuerza intentando no llorar, sabía que si alguien más le hablaba, no iba a poder retener un segundo más el océano que amenazaba con salir de sus ojos azules, un océano que sacaría el brillo de sus enormes ojos

-Marinette? Me escuchas?- seguía exclamando su amiga en vano
marinette estaba viajando a un número de posibilidades, de posibles mundos en los que el no se iría nunca, en los que el cumpliría las promesas que todavía no se hicieron

-lo siento Alya n-no puedo- dijo mientras tomaba su mochila y corría al baño
ya no le importaba si se chocaba con alguien, si la maestra luego la regañaba o si la expulsaban del maldito colegio, solo quería despertar de esta pesadilla
Sabía que exageraba, Adrien era nomás un chico pero sin duda, nadie había tocado su corazón con la profundidad que Adrien Agreste lo hizo
-Marinette espera- dijo Alya mientras corría a su amiga, sabía que está noticia le caería como balde de agua helada pero tenía que enterarse y la mejor manera era por parte de su amiga

Marinette no supo cuánto tiempo estuvo encerrada en una de las butacas del baño, abrazando sus piernas, llorando con los ojos ya hinchados mientras sus amigas, Alya y Zoe hablaban desde afuera, diciéndole todas las palabras que podrían consolarla pero ella no podía nisiquiera pensar
como si estuviera viva pero su corazón y cerebro estuvieran en un proceso de restaurar todo el daño echo y la única manera de restaurarlo era estar quieta ahí, envuelta en su tristeza
Adrien se iría y seguramente, junto a el, su corazón

-Marinette porfavor, escúchanos, corre, ve, todavía estás a tiempo, este es su último dia, saliendo del colegio se irá, si no corres ahora, no podrás hacerlo otra vez, Marinette porfavor, hazlo- dijo zoe

-crees que es apropiado que alguien como yo, lo corra?

-si Marinette, nunca creas que alguien como tu no es apropiado para correr al amor-
en cuanto escucho eso, supo que tendría tan solo 20 minutos para apurarse, para salir corriendo, sabía que si el se iba, ella se quedaría tranquila con que el sepa que siempre tendrá sus iniciales en su corazon, pensó en todos los universos que ganaría su amor, en todas las posibilidades en que esto salga bien, si corría, si tan solo se parará y corría, podría hacerlo

Re-Construyendonos (Adrienette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora