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Hace muchos años existió un reino cuyos reyes tenían el corazón de piedra, nada les parecia a menos que fuera a su propia conveniencia, eso no fue incoveniente para que ambos tuvieran un hijo.

Beelzebub, ese era su nombre, su único hijo y por derecho el heredero del reino, considerado como el mayor de sus tesoros pero no porque lo amaran sino porque tenían que demostrarle a los demás reinos que era un digno heredero a la corona.

Solo veían a un chico como una moneda de intercambio o compra, su estatus subió cuando el chico se presentó como Alfa ya que podía tener más derechos sobre otros reinos por lo tanto tener un hijo Alfa significa poder casarlo con un Omega o Beta de otro reino en que podían reinar, una forma de hacer una alianza a su favor.

Beelzebub siendo alguien muy listo no pasaba esa situación desapercibido, desde temprana edad se enteró que sus padres solo lo querían por el beneficio que podría traer al reino, el amor que ofrecían sus padres era vacío y sin valor que simplemente cualquier tema relacionado al reino era una molestia para él.

Entonces comenzó a ser desobediente, se metía en problemas solo para molestar a sus padres aunque también era una forma en que podía sentir que era solo un chico normal del reino sin preocupaciones o sin ese peso en su espalda que sus padres le querían pasar.

Sabía que ser el heredero tenía beneficios como consecuencias pero él en ese momento solo deseaba ser recordado por todos como un renegado.

El tiempo pasó hasta que Beelzebub dejo de ser un niño para convertirse en un joven, un príncipe apuesto y respetado en el reino aunque no faltaba alguien que lo describiera con un aire misterioso o taciturno.

La diferencia de ese momento a su niñez es que Beelzebub ahora era alguien respetado en su reino, alguien confiable como principe que tomaba sus responsabilidades en serio, siempre acompañado de su más fiel sirviente, maestro y guardián.

-Principe Beelzebub ya es hora de levantarse -dijo un joven de cabellos castaño moviendo un poco al pelinegro que seguía durmiendo- por favor levántese ya es hora del desayuno

-No quiero

El pelinegro se tapo el rostro con una de las sábanas mientras daba vueltas en el colchón buscando dormir un poco más.

-Principe Beelzebub debe asistir a sus lecciones de está mañana y también hacer los pendientes que sus padres le asignaron el día de hoy

El príncipe solo quitó un poco la tela de su rostro, espero a que el castaño bajara la guardia para después tomarlo desprevenido y tirarlo hacia la cama mientras lo abrazaba desde su cintura.

-Si me dices cariño puede que me levanté más rápido Nikola

Beelzebub comenzó a dejar salir un poco de su aroma mientras colocaba su rostro en el cuello de Nikola.

-E-es de día y alguien puede vernos -respondió el joven alfa de cabello castaño pero sin siquiera moverlo- principe Beelzebub por favor, alguien puede entrar

-Nadie se atreverá a entrar y si lo hace le espera la muerte por interrumpir dónde no le llaman

El ojiazul pensó un poco en esa respuesta, típico de Beelzebub fue lo que pensó Nikola antes de separarse del Alfa, acuno sus manos las mejillas del príncipe, amaba a su príncipe, se acercó para darle un corto beso en los labios.

-Levantate -ordenó el menor mientras se separaba del Alfa y caminaba hacia la salida- te traeré el desayuno, puedes descansar un poco mas hasta que vuelva

-Que buena forma de despertar dijo en voz baja Beelzebub sin poder evitar sonreír y tocar sus labios aún sintiendo esa leve sensación de cosquilleo hace unos segundos.

Nadie imaginaba que el cambio de un príncipe se debía a cierto chico Alfa.

Introducción corta, no he dejado morir la cuenta, solo necesito tiempo para escribir

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Introducción corta, no he dejado morir la cuenta, solo necesito tiempo para escribir.

Bonney fuera ✨

Lo que nadie ve [Yaoi] [Beelniko]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora