Que hubiera pasado si.. Reescrito!

*Capítulo de reintegración*

• Al final del capítulo explicaré todo •

La madre de Tsubasa había recibido unas de las mejores noticias, la que tanto anhelaban desde que su hijo quedó en coma, la felicidad totalmente desbordada. Rápidamente llamó a su esposo y a Sanae a los cuales les contó toda la noticia, las piernas ortopédicas de alta resistencia habían sido donadas. La ayuda de los vecinos, amigos y familiares consiguieron un gran fruto.

La felicidad también trascurrió en los nombrados y así hasta que todo el pueblo se enteró, aunque solo uno todavía no sabía lo que pasaba. Y si, ese era Tsubasa. En todo el día había recibido felicitaciones y bendiciones, pero ninguno le explicaba lo que pasaba. Hasta que unos de los vecinos más viejos le aclaro al ver la cara del confundido soñador futbolista.

- Al fin llegaron tus piernas ortopédicas, niño, como puedes ser tan distraído-.

Los ojos de Tsubasa empezaron a ponerse llorosos, todo se había puesto de cabeza. Lo abrumado que estaba por la cita de Kanda y Sanae se esfumó.

Dio una vuelta con su silla de ruedas y empezó a andar lo más rápido que se le permitieran a la silla y sus brazos.
Llegó a casa de Sanae, aunque su propia casa estaba más cerca. Con un poco de dificultad logro llegar a su puerta se preparó y toco timbre esperando alguna respuesta.
Al paso de unos segundos salió el hermano mayor de ella, que al mirarlo solo grito. - ¡Sanae! Cabeza de pelota está en la puerta-.

-¿Cabeza de pelota? - se preguntaba Tsubasa en su nube de confusiones.

Chusmeo un poco adentro de la casa, y vio a Sanae correr la escalera con un mono amarillo.
Cuando ella levanto la mirada y cruzó con la de Tsubasa un sonrojo notorio la delató, estaba muy contenta de verlo y más contenta por la noticia. Si, hasta Sanae se enteró antes que Tsubasa.

- Hola Sanae -. Hablo primero, un poco tímido, aún se acordaba de su sueño. La internación por coma más bonita del mundo, según él.

- Felicitaciones Tsubasa—. Dijo suavemente.

Se acerco a él y le plantó un beso en su mejilla, dejándolo fascinado por el atrevimiento. En su mente esas demostraciones de amor eran abundantes y el querer tenerla en brazos le iluminaba la cabeza.

Había que ser sincero, Tsubasa había cambiado. En sentido que su obsesión por el fútbol era opacado por sus sentimientos hacia Sanae, que no eran nada disimulados y le sacaba una que otra risita nerviosa a la castaña. Su mejor amigo, su mamá, sus ex -compañeros y casi todo el mundo aún no entendían que había pasado con el cabeza de balón. ¿Un embrujo?¿Una macumba?
No, no era nada de eso. Yo te explicó.

10 años atrás.

Tsubasa: 17 años
Sanae: 16 años

Era totalmente sabido que la manager estaba completamente enamorada del capitán y que el capitán estaba completamente enamorado del balón. Aunque a ella le dolía esa afirmación, que le repetían sus amigas todo el día, ella seguía apoyándolo. Eso fue lo que la enamoró. La pasión de Tsubasa. El destello de unos ojos en busca de gloria.

Tsubasa es humano, y como todo humano también siente.
¿Que opinaba de Sanae? Le es muy bella. Le fascinaba el optimismo que manejaba y esa confianza que desprendía y uno podía tomar sin tener miedo de sentirse juzgado.
¿Le gustaba? No sabía. Aunque se ponía nervioso ante su presencia  y sentía unas ganas  inimaginables de querer besarla. No sabía.

A él le quedaba dos meses más en Japón antes de partir a Sudamérica. Más precisamente a Brasil.

Ese era el mayor secreto y temor de Tsubasa, el perderla. Nunca lo dijo y su timidez no le deja admitirlo, tenía miedo que en su partida ella se enamorara. Por qué es verdad, él no se podría acostumbrar a otra persona que no sea su Sanae. Ella más que nadie sabía lo qué pasaba por su mente y eso de solo hablar con la mirada le encanta. Era un juego que tenían los dos. Su propio juego.

¿Era egoísta? Si. Pero el destino que siempre confío él le jugó totalmente en contra. Tal como cuando era niño un camión lo choco pero esta vez su amigo el balón, no le ayudo.

Quedó 7 años en coma y 3 de rehabilitación. Fue internado en Tokio, en uno de los mejores hospitales. Roberto tiene un buen sueldo que estaba ganando por ser entrenador y no dudo en aportar.

En esos 10 años, Sanae lloro. Intento enamorarse como consejo de Netsuko muchas veces pero ninguno funcionó.
Ella no quería a nadie que la controlará y le diga que hacer (y al parecer eran los únicos que abundaban). Y así pasaron los años, hasta que se enteró que su primer amor despertó y estaba pisando su Pueblo natal.

Y en esos 10 años Tsubasa prácticamente los vivió. Tuvo un maravilloso sueño.

Desde salir campeón del mundo como casarse con Sanae.
¿Turbio? Un poco. Pero esto nadie lo sabía.. casi nadie, su entrenador y padre postizo se enteró de todo al segundo que él futbolista despertó.

Aún así el espíritu no decayó e intento de todas las maneras posibles recrear aquel sueño. Aunque no muy bien le iba.

Ahora con las piernas ortopédicas podía seguir progresando, no como futbolista profesional, pero si como entrenador de fútbol.
Al principio la idea no le terminaba de cerrar, pero ver los ojos esperanzados y llenos de sueños decidió ayudar al equipo Nankatsu.

Al igual que hizo con sus amigos, iba hacerlo con esos niños. Llevarlos a la victoria.

....

— Gracias Sany—. Atinó a decir con un sonrojo muy notorio — No podría sin ti.

Ahora era el turno de ella, que sus mejillas se pusieran rojas y las risitas y miradas nerviosas cruzaban.

— ¿Ahora que queda, Tsubasa?

El nombrado la miró unos segundos pensando la pregunta. Desvío la mirada a un cuadro de ella cuando era menor, que estaba colgado en la pared.
Volvió a mirarla, con ilusión en los ojos y una sonrisa inexplicable.

— Cumplir mi sueño.

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Rápido y sencillo.

Releí mi historia y porfavor, que alguien me explique por qué tenía tan mala ortografía y nadie me decía nada.

Segundo, quise mejorarla
Que tenga coherencia y se pueda disfrutar la lectura. Aunque ahora no sé si cumplí con mi expectativa, pero mejor que antes estaba.

Tres años de esta historia, fascinante. Gracias por el apoyo y disculpen mi torpeza jeje.

Espero que hayan disfrutado!

Adiós!