! Meow ♡ Kazuscara

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Ya cuando todos habían desempacado sus cosas en la cómoda cabaña, Scaramouche se dispuso a darse una ducha para despejar su mente, como siempre hacía cada vez que sus sentimientos trataban de hundirlo. Así que tomó su toalla y se encerró en el baño, siendo seguido por siete curiosos pares de ojos, que se miraban entre ellos y preguntaban por qué el omega tenía olor a tristeza.

— ¿Qué le sucede? — formuló Gorou, buscando la respuesta en los ojos de sus amigos hasta que finalmente se detuvo en Kazuha.

Kokomi también fijo su vista en Kazuha, esperando que el respondiera aquella interrogante, porque Scaramouche solo había estado con él en todo el camino, se supone que el debería de saber.

El albino solo se encogió de hombros.

— No lo sé — respondió. Pero en el fondo sabía que el estado del omega se debía a él, solo que no sabía el porqué. Todo parecía bien hasta que bajaron del vehículo.

¿Quizás había sido muy territorial cuando rodeo su cintura? el solo quería protegerlo de los demás cambia formas. ¿Su olor comenzó a serle desagradable al omega? de seguro que sí. ¿Acaso solo era por su celo que Scaramouche quería estar con él? ¿En realidad no le interesaba para nada? Su cabeza comenzó a llenarse de interrogantes cuestionando que es lo que hizo mal, mientras su lobo se desesperaba cada segundo más al no saber qué es lo que afectaba de esa manera a su omega.

Si, suyo, porque aunque Kazuha no lo sabía, su lobo lo tenía más que claro. Ellos se pertenecían de todas las formas posibles.

Scaramouche era su pareja destinada. De eso no había duda.

Solo faltaba que la tonta parte humana lo comprendiera de una vez por todas, porque el lobo ya llevaba bastante tiempo tratando de hacérselo saber sin obtener ningún resultado. Comenzaba a pensar que nunca lograría que su otra parte abriera los ojos a la verdad.

— Anda Scara — Kokomi tiró una vez más la manga de su sudadera, buscando levantarlo de aquella cama donde se veía tan lamentable. — No vinimos aquí para que te comportes así. — refunfuñó. Observando como la cabellera violeta se hundía cada vez más dentro de las sábanas.

— Lo sé — murmuró desanimado — es mi animal interno el que se está comportando extraño, y sé que no es por el celo. Estoy sintiendo mucho silencio en mi interior, de hecho es ... como si no estuviera ahí en realidad — soltó un pesado suspiro, preocupando en demasiado a la omega ahí presente.

Pronto la habitación se llenó de las fermonas de Scaramouche, alterando aún más a Kokomi, al sentir aquel olor tan peculiar que emanaba del cuerpo en la cama, el olor a un omega deprimido.

Buscando una forma de consolar al omega herido, se acostó en la cama quedando frente a la espalda del contrario. Estiró sus brazos rodeando al otro omega, buscando transmitirle la seguridad que le hacía falta.