Un día cualquiera. Simplemente eso, una mañana en que te levantas y tomas un café matutino que despierta a tu cerebro y según tu, te da la energía que tres horas de sueño jamás podrían aportar.
Eso era, para todos nosotros, una mañana con un sol precioso iluminando de forma casi de película un cielo azul radiante. Es un contraste super interesante, como hace unas horas teníamos todos los ojos iluminados después de una noche de locura, llena de sustancias no muy lícitas por este lado del mundo. Y después...
Después un cielo cubierto de humo y una carretera empapada de sangre, como si un tsunami rojo hubiese inundado todo y nadie hubiese sobrevivido excepto tú y el preocupantemente fuerte latido que envuelve tu corazón cercano a la diabetes por una vida llena de un exceso de coca-cola. Si, las putas películas de Zombies tenían razón en una cosa, cuando un montón de gente muere y revive en forma de cadáveres empapados de sangre andantes, son realmente muy peligrosos y mucho más veloces que en cualquier filme. Aunque, para los que vivimos lo que yo viví. No es aterrador sino impactante, ver a tu amada madre empapada en la sangre de un hermano mayor que venía de visita precisamente para estar en la "calma y seguridad" que aporta la casa en que creciste.
Y asi es como acabas con un cuchillo de cocina en la mano izquierda, intentando mantener un balance entre tu necesidad natural de desmayarte y tu deseo de vivir. Pocas cosas son más difíciles que apuñalar en la cabeza a un ser querido. Es doloroso como la mierda.
Es ahí cuando te das cuenta de que no hay vuelta atrás, que jamás volverás a comer los mismos macarrones con queso y albóndigas, que todos los gritos y peleas que provocaste en los últimos años fueron estúpidamente inútiles, y toda tu mierda reprimida por una "infancia difícil" llena de cheetos y videojuegos no sirvieron para absolutamente nada. ¿Lo peor? es desgarrantemente tarde para pedir perdón. Ahora tienes los pelos ensangrentados de tu ser más amado en una mano, un cuchillo empapado hasta el mango en la otra. Te arrepientes, pero no sirve de nada, porque es muy tarde.
Y si surgiese la pregunta de porque me planteo todo esto, es porque acabo de vivirlo y por más que me lo repita no puedo entenderlo. "Tu madre, tu hermano y tus amigos están muertos".
Te arrepientes de no haberlos salvado de lo que sea que sucedió, pero no sirve de nada, porque es muy tarde.
Demasiado Tarde.
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Demasiado Tarde
HorrorBasado en las aventuras de Mike anteriormente escritas cuando era más pequeño. Este libro retrata la realidad de Mike, un chico de 21 años enfrentandose a la cosa más dolorosa del mundo. Tener que recordar por toda su vida el rostro de aquellas per...