Nombre: Razor
Ubicación: Universo 399
Clasificación: Razor alcanza un nivel cósmico mediano en peligrosidad, si bien no puede destruir sistemas enteros con facilidad, ocasionalmente se desplega para consumir planetas selectivos con un esfuerzo calculado.
En términos de interacción con su entorno y seres circundantes, se clasifica en un nivel intermedio, aunque su presencia puede resultar misteriosa y a veces incomprensible para civilizaciones menos avanzadas, su intento de comunicación podría generar malentendidos, por lo que Razor es mayormente indiferente a toda vida inteligente que considere menor y prefiriendo ignorar todo intento de interactuar con el personal.
Descripción psicología: Razor ha mostrado una apatía fundamental hacia el cosmos que lo rodea. Aunque posee una consciencia desarrollada, su actitud apática se manifiesta en su falta de entusiasmo o interés evidente en su entorno, observando la evolución y la vida con una mirada desprovista de emoción, a pesar de su poder cósmico, es fácil de aburrir. La inmensidad del universo y la falta de desafíos significativos contribuyen a su sensación constante de monotonía. Este aburrimiento puede explicar su decisión de descansar en el planeta azul, buscando alguna forma de entretenimiento a través de la observación pasiva.
Origen
El origen de Razor se remonta a una estrella moribunda, un evento cósmico que desencadenó la creación de esta entidad, en sus primeros momentos carecía de una forma fija y no poseía una mente discernible, era más bien una entidad amorfa, nacida de las energías liberadas en el colapso estelar.
Aunque no tenía una mente desarrollada, la fuerza impulsora detrás de su existencia era un apetito insaciable, se desplazaba sin restricciones a través del espacio, una masa amorfa que se alimentaba de las energías dispersas en su camino.
A medida que continuaba su travesía, su hambre actuaba como un catalizador para su desarrollo, el instinto de saciar su apetito le proporcionaba una especie de dirección impulsada por la necesidad. Este ciclo de búsqueda y consumo marcó una evolución inicial, que lo fue transformando de una entidad informe a una presencia más definida en el vasto universo. La acumulación de energía cósmica le permitió adquirir una forma más definida a los ojos observadores del universo, y no solo absorbía la materia y la energía, sino también la esencia única de cada cuerpo celeste, esta acumulación contribuyó a la emergencia de una consciencia incipiente en Razor, ee esta manera dejaba de ser simplemente una fuerza devoradora en el universo, una necesidad innata de darle un propósito más significativo a su existencia se apoderó de él.
Sin embargo, en su vasto universo, encontrar algo verdaderamente interesante resultó ser una tarea desafiante, las civilizaciones que cruzaba parecían incapaces de comprender la naturaleza de Razor, y las posibilidades de encontrar un ser similar eran prácticamente nulas para Razor, haciendo pensar a este que afortunada o desafortunadamente era "unico" en su clase.
En su búsqueda experimentó una profunda sensación de aburrimiento, aunque su mente consciente le permitía explorar ideas y concepciones más allá de su instinto original de hambre cósmica, la falta de desafíos intrigantes y seres afines lo sumió en una especie de letargo cósmico. Era un ser único en su clase, una entidad consciente en un universo que no estaba listo para comprender su complejidad.
En su aburrimiento por hallar algo que fuera de su interés, tomó la decisión de descansar en un remoto planeta azul de la vía láctea. Aquí, entre los vastos océanos y verdes paisajes, se convirtió en un espectador silencioso, observando el devenir de las civilizaciones emergentes y las interacciones cósmicas en la tranquilidad de la distancia.
