¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Me encantaba cuidar al sobrino de Erling, la forma en que sus grandes ojos me miraban, con una pequeña sonrisa llena de dientes mientras lo hacía reír. El niño pequeño con solo 2 años, estaba comenzando a hablar mucho y quería correr por todas partes.
Gabrielle lo había llevado al departamento de Erling una tarde, mientras luchaba por encontrar a alguien que lo cuidara, siempre estaba feliz de cuidar al niño. Su sonrisa creció al ver mi rostro, abriendo sus brazos para ser sostenido por ti. Gabrielle me dió las gracias una vez más antes de salir. Erling estaba en la cocina, preparando algo de comida para Isaac cuando lo llevé a la cocina para que se encontrara con Erling. El rostro de Erling se iluminó cuando le pasé a Isaac.
La tarde pasó en la sala de estar, Isaac en la alfombra, múltiples juguetes a su alrededor y páginas para colorear esparcidas, Erling se sentó en el borde del sofá, observando con una sonrisa mientras yo e Isaac hacíamos dibujos juntos.
[ La mente de Erling no pudo evitar vagar y pensar en su novia y él haciendo esto con su propio hijo en el futuro. Erling sabía a ciencia cierta que quería tener hijos con el amor de su vida pero simplemente no se atrevía a decirlo ]
Isaac comenzaba a cansarse, sus pequeños bostezos hicieron que Erling se levantara del sofá y lo levantara, llevándolo a la habitación de invitados y dejándolo dormir una pequeña siesta.
- Está dormido - me dijo Erling suavemente mientras regresaba a la sala de estar, encontrándote quieto en el piso, recogiendo los juguetes de Isaac y limpiando los papeles, antes de estirar mi cuerpo y volver a levantarme. Le envié una sonrisa antes de sentarme en el sofá en forma de L, poniéndome cómoda cuando Erling se unió a mí, se arrojó a mi lado y me atrajo hacia él para abrazarlo.
- Me alegro de que esté dormido, creo que se cansó después de todo - tarareaba en el pecho de Erling.
- Supongo que no puede ser tan malo, ¿verdad? Quiero decir, mira cuánto nos divertimos los dos hoy con él - habló Erling. - ¿Qué quieres decir? - hablé mientras me sentaba, mirando su rostro.
- Coral, eres tan buena con él, verte con él me ha hecho muy decidido - habló Erling con seriedad. Sabía lo que estaba insinuando, pero quería oírlo decirlo, así que me hice la tonta, no queriendo que se diera cuenta de mi mente. Mi ceja se arqueó haciéndolo suspirar antes de hablar de nuevo.
- Quiero un bebé contigo - mis ojos se abrieron ante su confesión, aunque no fue una sorpresa, no pensaba que escucharía esas palabras salir de su boca. - Eres la única persona que quiero tener en el resto de mi vida. Eres todo para mí Coral, no me veo con nadie más que contigo, lo quiero todo contigo, la casa grande, con 2 tal vez 3 pequeñas versiones de nosotros corriendo por el jardín - continuó, su mano unida a la mía. - Si eso es lo que quieres, pero realmente quiero un bebé contigo -
- Por supuesto que eso es lo que quiero Erling, también quiero un bebé contigo - hablé y nunca había visto a Erling sonreír tanto en su vida. Sus manos en mis caderas tirando de mi encima de él, sentándome en su regazo, me abrazó. Su cabeza metida en mi cuello. Sus brazos apretados alrededor de mi cintura, mi mejilla descansando contra su cabeza. - Eres el único para mí Erling - hablé en voz baja. Erling me apretó en respuesta, mi corazón palpitó por sus acciones.
Isaac se había despertado menos de una hora después y nos encontró a mi y a Erling acurrucados en el sofá, con sus bracitos extendidos deseando ser incluido. Lo levanté, colocándolo en mi regazo, Erling me observaba con una sonrisa en su rostro. Era como si estuviera hecha para ser madre.
Gabrielle llegó al apartamento después de que había pasado otra hora, Isaac saltando y corriendo directamente hacia su madre. Gabrielle nos agradeció a ambos y nos despedimos de ella y del niño, dándole un pequeño beso en la frente.
Una vez que la puerta estuvo cerrada, Erling tenía sus brazos envueltos alrededor de mi cintura, su cabeza sobre mi hombro, me apoyé en su toque, descansando mi espalda contra su fuerte cuerpo. Dejé escapar un profundo suspiro, mis ojos se cerraron después de un largo día. Mis manos descansaban sobre las suyas. Mis ojos se abrieron de nuevo, girando la cabeza le di un breve beso en la mejilla a Erling.
- ¿Quieres ir a la cama y ver algo de Netflix? - Pregunté en voz baja.
Erling tarareó y sentí que asentía con la cabeza. Sus brazos se aflojaron de mi cintura mientras se alejaba y caminaba conmigo hacia nuestra habitación compartida. Nosotros dos nos cambiamos a ropa cómoda antes de meternos en la cama grande.
Después de un tiempo, la película se olvidó, ambos yacíamos uno frente al otro, mi pierna sobre su cintura, una de sus grandes manos en mi muslo, una de mis manos descansando alrededor de sus hombros, jugando con su largo cabello.
- Quiero decir cada palabra que dije hoy, verte con Isaac confirmó todo, sé que solo tenemos 25 años,somos jóvenes pero, quiero decir, creo que ambos estamos listos, ¿no? - Erling habló - A menos que no quieras todavía, estoy listo cuando lo estés - continuó, sin querer apresurarte.
- Erling, deja de preocuparte. Creo que estoy lista - hablé con una sonrisa, asegurándole. Erling me miró con los ojos muy abiertos.
- Estoy tan emocionado min kjære - habló en voz baja, inclinándose y dándome un largo beso. - Además, hay otra cosa - dijo, con una sonrisa abriéndose paso en sus labios.
- Hm, ¿qué es eso entonces? - respondí, la confusión se extendió por mi rostro.
- Te verías tan sexy embarazada, mi bebé dentro de ti - sonrió, su mano empujando contra la parte inferior de mi estómago haciéndome morderme el labio ligeramente.
- ¿Está bien? - dije bromeando, presionando un pequeño beso sobre su nuez. - Ciertamente sí - respondió, mirándome de arriba abajo, sacando la lengua antes de besarme de nuevo.
