Capítulo Único

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Dedicado a la linda de evanyelith_1345 ♥️

Iban dos hermosos meses de relación, meses tan únicos y lindos. 

Rei siempre se esforzaba, tratando de superar cada uno de sus límites para intentar decirte con pequeñas acciones o palabras disimuladas que te amaba con todo su maldito ser, por más que le costaba, y a él le encantaba que tú siempre apreciaras cada mínima cosa como si fuese oro. 

Pero... si Rei te repetía que te amaba, ¿entonces porqué ahora estaba evitándote? 

Le querías dar una caricia, y no podías estar ni dos segundos con tu mano tocándolo porque ya estaba apartándote. Huía de tus toques, o de tus palabras. ¡Ni siquiera mantenía la mirada pegada a la tuya por mucho tiempo! ¿qué le pasaba? ¿tenías algo en la cara o ahora eras venenosa como para que no se te acerque? 

Sea lo que sea, ya no aguantabas más. 

Decidiste que discutirlo era lo mejor. 

—¡Nos vemos, Kazuki!—Le saludaste al rubio, quien tenía a Miri en brazos y cruzaba la puerta para salir del departamento.—Y gracias por el favor—Murmuraste con cuidado.

—Es un placer—Respondió Kazuki—, hasta a mí me empezó a molestar eso que hacía. Es un idiota—Te susurró entre dientes. 

Kazuki te segundeó; él estaba enterado de casi toda la situación, era algo que venía con el papel de ser tu mejor amigo desde que llegaste a esa casa y lo conociste. Y sí, estaba igual de indignado que tú. 

Ahora, él abandonaría la casa con Miri por unas horas con la excusa de que irían a hacer una tarde de padre e hija, así tú podrías discutir todo lo que quieras con Rei hasta que lleguen. Podrían gritar, pelearse, o hablar de las cosas que necesiten sin tener que pensar en ellos. 

Suspiraste. 

—Solo espero llegar a algo—Dijiste mientras dejabas que tus hombros caigan. Kazuki llevó su mano a tu hombro para darte ánimos, y luego de que te hayas despedido de un abrazo con Miri, ambos se fueron. 

Te crujiste los huesos de las manos y de la espalda, tratando de juntar algo de valor para intentar hablarle al pelinegro. 

Agradecías el hecho de que Rei no se despierte hasta muy tarde los fines de semana, ya que en ese tiempo en el que él dormía, pudiste discutir el pequeño plan con Kazuki antes de que se vaya. 

Caminaste hasta la sala, buscando con la mirada la persona del chico que se supone que debería estar despierto. Claramente no estaba allí, cosa que te extrañó; ¿Rei no estaría jugando videojuegos ahora mismo en el sofá? 

—¿Rei?—Preguntaste en voz alta, tratando de hacer que el mismo responda y así poder saber en dónde se encontraba, pero simplemente no hubo respuesta. Suspiraste de nuevo. 

Fuiste hasta el baño que estaba en el primer piso, con la fea esperanza de que tal vez estaba durmiendo en la tina de siempre. Odiabas que esté durmiendo ahí, ya que eso significaba que no iría a dormir contigo en el cuarto, y eso te dejaba más triste de lo normal. 

Te sentiste aliviada al notar que él no estaba allí, por lo que solo quedaba revisar la habitación que ambos usaban (últimamente solo tú). Y subiste gustosa por las escaleras de caracol que estaban en la sala, algo nerviosa. 

No te gustaba discutir, pero era la única cosa que podías hacer para resolver lo que sea que estaba pasando. 

—¿Rei?—Preguntaste en voz baja mientras asomabas la cabeza por la puerta con la mano en la perilla, abriéndola un poquito solo para poder ver si estaba ahí. Creo que ni siquiera hace falta mencionar que no, ni una alma había. 

Distancia (In)justificada || Rei SuwaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora