5

634 42 0
                                    

—Perdón por estropear tu noche, sé que no querías ir a la fiesta.

—Está bien, prefiero saber que estás a salvo.

—Realmente necesitaba que fueras.

—¿Por qué yo?

—Me calmo mucho contigo.

El mayor no pudo evitar esbozar una sonrisa por aquello.

—Es bueno oír eso.

—Hyung.

—¿Sí?

—Eres mi nueva adicción.

—Sigues muy drogado —le recuerda negando con una leve sonrisa —deja las declaraciones para cuando estés sobrio.

—Ajá —asiente y se gira para mirarlo —entonces recuérdame mañana que te diga que me gustas, no sé si lo voy a recordar —pide haciendo que las mejillas de Taehyung se coloreen de carmesí.

Jungkook acababa de confesarse y no tenía idea de cómo debía reaccionar.

Era obvio que también se sentía atraído, ¿pero en serio iba a dedicar su tiempo a recoger a un drogadicto de una fiesta tras otra? Definitivamente no quería una relación así.

—Buenas noches Jungkookie.

—Buenas noches, hyung —susurra y se pega un poco más a él para poder olerlo mientras se quedaba dormido tan pronto como cerró los ojos.

Taehyung estuvo un rato hablando por Jimin con chat. Mas bien leyendo como el mayor le regañaba por haber dejado entrar a un tipo así en su vida.

Cuando no quiso leer más mensajes de Jimin actuando como su madre, dejó el celular a un lado y se centró en acariciar el pelo ajeno mientras se quedaba dormido.

Jungkook también lo hacía sentir muy calmado y agusto.

No importaba lo mal que estuviese el contrario, siempre era muy cuidadoso y sincero, al menos con Taehyung y no sabía se debía considerar aquello como algo bonito o no.

A la mañana siguiente, fue Taehyung el primero en despertarse.

Desayunó, hizo algunos quehaceres y posteriormente se puso a estudiar hasta que dio la hora de comer.

Jungkook no se había despertado en toda la mañana, podía asegurarlo ya que se asomaba a mirarlo cada cierto tiempo.

Empezó a impacientarse cuando dieron las tres de la tarde y Jungkook seguía prácticamente sin moverse, cosa que le hizo temer lo peor. Finalmente se decidió por ir a despertarlo.

—Jungkookie —lo llama moviendo su hombro suavemente y sentándose a su lado.

Volvió a traquetearlo un poco más brusco, dejando escapar un enorme suspiro cuando lo ve abrir los ojos apenas un poco y arrugar su nariz por la claridad que entraba por la puerta.

—Idiota, pensaba que te habías muerto —se queja apartándose para dejar que también se incorporase.

—¿Qué hora es?

—Las tres.

—¿De la madrugada?

—De la tarde.

—Mierda.

—¿Qué pasa?

—Debo ir a trabajar a las 19:00 y ni siquiera puedo usar la moto.

—¿Por qué?

—Porque la dejé aparcada cerca de la casa y además si me para la policía va a salir de todo en cualquier prueba —suspira cerrando los ojos y vuelve a frotar estos.

Adicto «KooKTae»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora