22.

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Tras haber llegado a la escuela, el jovencito de hebras cafés evitaba chocar con las olas de estudiantes que celebraban el no llegar tarde, contrario a él, que sólo suspiró, cansado.

Buscó con la mirada a su mejor amigo, mismo que le había asegurado que iría esa mañana. Fácilmente lo encontró, viéndolo babear por NamJoon y su camiseta demasiado apretada para sus musculosos brazos. Ambos charlaban amenamente, compartiendo miraditas sugerentes hasta que SeokJin notó la presencia de JungKook y, también, de HoSeok y un JiMin que casualmente llegaba al mismo tiempo.

—Recúerdame por qué te estoy ayudando —se quejó Hobi, sintiendo su mochila el doble de pesado gracias a los obsequios que cargaba.

—Porque me amas y quieres verme feliz, y porque soy tu hermanito —dijo, sonriente, sabiendo que tenía razón.

—Maldición, es verdad —bufó, yéndose a encontrarse con NamJoon y YoonGi, que acababa de llegar con cara de pocos amigos. Nunca se acostumbraría a levantarse temprano.

—Kook, hola —saludó SeokJin, revolviendo los cabellos de su tierno Dongsaeng que puchereó—. ¿Todo listo?

—Hyung, mi cabello... —murmuró, acomodandólo—. Uh, yo digo que sí, espero todo salga según lo planeado...

—Verás que sí, ¿Acaso crees que ese simp es capaz de rechazarte?

—¡Te estás burlando de ambos! —intentó no reír, pero fue inevitable. Y aunque quisiera negarlo, el otro no mentía. Eran muy bajas las posibilidades de ser rechazado y si se daba el caso, pues... Sólo lloraría el resto de su vida y ya.

SeokJin siguió molestando a JungKook respecto al bonito crush que tenía, abochornando a éste que sólo inflaba los mofletes y lo miraba mal, aceptando en el fondo que, sí, el chico que le gustaba siempre buscaría complacerlo, pero no sólo él, si no que sería igual en ambas partes. Ambos se esforzarían en alegrar al otro, era una promesa que habían hecho en lo más profundo de sus jóvenes corazones.

Por otro lado, a unos cuantos metros de los ruidosos mejores amigos, estaban JiMin y TaeHyung, con el último mordiéndose las uñas de los nervios y siendo regañado por el contrario.

—No hagas eso, no me traen buenos recuerdos —le dijo, golpeándole con suavidad la punta de su nariz—. Todo estará bien, más que bien...

—¿Y si no? ¿Y si me rechaza? ¿Y si no quiere saber más de mí?

—Amigo, ¿Por qué haría eso? —rodó los ojos—. Dejando de lado tu hermoso físico y corazón precioso, se nota que él te quiere muchísimo, y le gustas, así que no seas un idiota y cálmate.

—¿Pero y si...?

El exagerado gritito de dolor de TaeHyung resonó en la entrada del instituto escolar, ganando más de una mirada de confusión y preocupación de chicos y chicas por igual, incluidas las de cierto dúo Kim-Jeon. En busca de algún indicio que le dijera qué pasó, los ojos de JungKook vieron el momento en que el puño cerrado de JiMin se retiraba de la cabellera azul de su kuromi, dejando a éste aún aturdido.

—Te he dicho que no seas un idiota y ahora mismo lo estás siendo, ¿Por qué no en vez de dudas, sacas lindas ideas y escenarios próximos para ustedes dos? No es malo pensar con el corazón o con la lógica, pero en éste caso, siguiendo ambas, es más que obvio que tu melody te dirá que sí, por lo que, calla y vamos al salón.

JiMin dejó a TaeHyung atrás, caminando tranquilamente por los pasillos mientras pensaba cómo conquistar a su propio minino. ¿Debería de comenzar a ir a verlo a sus partidos de baloncesto? No era una mala opción.

TaeHyung sobó su cabeza, quejándose bajito. Se sintió un tonto al caer en cuenta de que su soulmate tenía toda y la completa razón.

¿Por qué seguía dudando? No debería, ni debió hacerlo en ningún momento.

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⏰ Última actualización: Apr 08, 2023 ⏰

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