☆ ; tres.

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Yoongi se arrepentía de haberle dado su número a Jungkook. El peliazul no dejaba de mandarle mensajes tras mensaje y sentía que se volvería loco al sentir la vibración de su celular en su bolsillo una vez más.

 El peliazul no dejaba de mandarle mensajes tras mensaje y sentía que se volvería loco al sentir la vibración de su celular en su bolsillo una vez más

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Dejó su celular y fue a buscar su cuaderno para dibujar para liberar la tensión en su sistema

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Dejó su celular y fue a buscar su cuaderno para dibujar para liberar la tensión en su sistema.

Bufó frustrado, pensando que la vida en serio tenía algo en contra de él como para juntarlo con Jeon en el trabajo de redacción.

«Jungkook es un idiota... ¿qué diablos quiere de mí? Joder. Seguro es una jodida apuesta y el muy maldito no sabe cómo rendirse

El pálido bufó enojado con ese pensamiento.

«Eres un tonto... un tonto, Jeon Jungkook por creer que voy a caer tan fácil ante ti. Eres como todos, buscan ser buenos con todos para estar bien consigo mismos. Estoy seguro...»

Tan centrado en sus pensamientos con respecto a el peliazul que no se dio cuenta que con el crayón acabó dibujando los ojos de Jungkook si paraba a examinar bien los rayones aleatorios.

Iba a arrancar la hoja, él de verdad iba a hacerlo... pero ver esos redondos ojos dibujados tan rápido lo hicieron retroceder en su acto.

No, no iba a arrancar la hoja.

Por más rápido que lo haya hecho. Le quedó bien, logró hasta hacer de forma improvisada las arruguitas que se forman en las esquinas.

De forma inconciente, sonrió. Jungkook tenía unos lindos ojos, lo admitía.

«Bien, Jeon... me andas jodiendo la paciencia hasta sin estar presente...»

Suspiró silenciosamente. Dejó el cuaderno y se recostó para tomar su celular.

Jeon realmente lo había dejado tranquilo.... Lo cual agradeció.

Por su parte, Jungkook tenía los labios al frente en un puchero adorable ante las miradas de sus amigos, todos se encontraban haciéndole compañía en su cuarto.

Hoseok estaba leyendo sus mensajes al pálido y riéndose de como Min lo había mandado, nuevamente, a la mierda.

—Puedes simplemente dejar a Min en paz, Kook. —Jimin más le mandó que sugirió. —¿Quieres follarlo o algo por el estilo?

—¿Cómo que algo por el estilo? —preguntó aterrado con la respuesta.

—Es que no sé, Jungkook. —le miró con desconfianza. —Puedes esconder cosas raras, capaz te obsesionaste con él, yo que sé.

—Eres un puto ridículo. —le mostró el dedo del medio. —Y no, no lo quiero follar y mucho menos nada por el estilo.

—¿Entonces para qué carajos lo sigues jodiendo? —fue el turno de Hoseok de hablar.

—No lo sé, hay algo en él que me intriga y... quiero verlo feliz. —los dos lo miraban, atentos a sus palabras. —Siempre tiene la mirada odiosa y malhumorado pero yo veo más que eso, veo que está triste y eso no me gusta verlo en nadie... —miró su celular. —Sólo quiero acercarme y ser su amigo, darle algo de felicidad y poder hacerlo sonreír.

Hoseok sonrió y le puso una mano en el hombro.

—Pobre ingenuo.

—Joder, hyung, que gran apoyo. —Jimin se burló aunque concordaba.

—¡Dejen de burlarse de mí, es en serio!

—Lo sabemos, cuando hablas mucho lo dices en serio y por eso es que tenemos pena de ti. —Jimin se tiró en medio de las piernas de Hoseok y se acomodó allí. —¿Tienes idea de cuantas personas ya trataron de hacer lo mismo que tú? Incluso estoy incluído, estudié con él el año pasado.

—Yo estudié con él a finales del año ante pasado. —Hoseok hizo una mueca. —En serio traté, mi esfuerzo fue en vano.

—¡Pues todos se rinden! —dijo enojado, asustando un poco a sus dos mayores. —Todos se rinden... —bajó la mirada, la voz baja... —Yo siendo Yoongi también me cansaría al ver que apenas lo intentan, ya se rinden. Yo no me rindo jamás —los miró aún enojado. Odiaba tener que recordar que es un solitario de mierda y los únicos que realmente considera amigos estén en desacuerdo con él. —No me rendiré hasta tener a Yoongi viniendo los fines de semana a hacer pijamadas.

—Eres el idiota más terco y cascarrabias más lindo de todo el jodido planeta. —Hoseok comentó llevando su mano a su frente. —Y eso quería oír, ¡eres un ganador!

—Verás, Jungkook. No me gusta la idea de que te humilles todos los días. —Jimin se levantó y le tocó la nariz. —Pero siento que esto va a dar en un fanfic cliché y que quiero ver como termina.

Hoseok le volvió a tocar el hombro.

—A partir de hoy, no te sientas con nosotros.

—¿Eh, por qué?

—El lugar de Min es el único que nadie ocupa luego que todos ocupan los suyos, así que, Jeon. —Jimin le tomó por los hombros y miró directamente a los ojos como si fuera a dar una palabra bien seria. —Prepara el culo y dile adiós a tu dignidad.

redacción ୨୧ kookgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora