Como es obvio, mis padres se enteraron de éste acontecimiento, les llamé con mucho temblor en mis manos, apenas podría sostener el teléfono en mi oreja, mi respiración se aceleraba de prisa y ya no pude hacer demasiado para retenerla.
Mi madre contestó tan alegre, como siempre, llena de vida y con esa dulce voz que desearía escuchar de forma regular.
-Hola, cielo mío, ¿cómo te encuentras?.-Preguntó tranquila.- Ayer quise llamarles pero lo olvidé por completo.
-Madre...-Dije a duras penas con mi débil voz.- Necesito hablarte de algo, importante.-Continué.
-Oh, claro se escucha serio.-Pude notar como el silencio se apoderó de ambos.- ¿Estás bien, cariño?.-Y así ocurrió.
-¡Sí!, lo estoy, ¿por qué no habría de ser feliz o estar bien?, al fin ese estorbo y carga emocional se ha marchado.-Dije conteniendo un venenoso pesar en mi pecho.- No volveré a verlo, y-y seré muy...pleno.-Continué aclarando la garganta.- Seré más feliz divorciado, sin sus dos parejos ojos mirándome a cada día...cada mañana.
No escuché hablar a mi madre, era casi como si quisiera que yo me desbordara, pero eso no iba a ocurrir, estaba conteniendo fuertemente el llanto en mi pecho, el dolor me carcomía y el coraje me había doler el estómago, estaba muy enojado, demasiado, con Nolan, con quien fuera que lo haya alejado de mi lado, conmigo, estaba molesto con todo al rededor de mí.
Tomé tanto aire como me fue posible, y después mi madre procedió a hablar.
-¿Seguro que estás bien?, cariño, no te escuchas bien.-Dijo tranquila, supongo que no quiso alterarme más.- Está bien si quieres gritar, está perfecto si deseas llorar y decirle maldiciones, estás en tu derecho, pero también debes comprender que él tomó su decisión, de irse, de dejarte, nadie lo obligó.-Habló para I tentar consolar mi desauebrajada alma.
-Estoy bien, madre, solo tengo dolor de estómago y algo de diarrea, pero con comida ligera que mandaré hacer, estaré bien.-Hablé convencido, aún soportando.
-Louis William Belle II.-Dijo mi nombre completo.- Es claro que no estás bien, te duele, ardes en dolor y quizás enojo y está bien, eres un ser humano, tienes que sentir, dejarlo salir, o solo a futuro va a hacerte daño.-Habló con sabiduría.- ¿Estás enojado?, rompe y avienta cosas, quemalas si quieres.-Siguió.-Pero no te tragues tu coraje, para cuando quieras dejarlo salir, será tarde.
-Gracias, mami, pero estaré bien.
Colgué y solo me quedé quieto entre toda la soledad y el silencio que emanaba mi enorme mansión, ya no escuchaba su música de arriba a abajo, ya no le oigo llamarme desde la cocina para preparar la cena.
-Ya no logro oírte...¿Por qué ya no puedo oírte?.-Pregunté dejándome caer al suelo, aún sin soltar una lagrima.
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Bueno, pasar por una ruptura significativa conlleva un proceso extenso y muy pero muy doloroso, cada quien lleva su tiempo y su forma de con llevarlo, pero nunca, nunca, lo guardes sana de forma justa perdonate y perdona, cuando sea el momento.
