El peor

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Hace mucho que ya no he visto tu rostro; severo, firme, agraviado por la desdicha de las circunstancias y marcado por el trauma del vivir la vida que te tocó. Hace mucho que no escucho tu voz; áspera, autoritaria, estoica y aun así atemorizante, creada para controlar hasta el obrero mas pendenciero. Mentiría si dijera que lo extraño, que quisiera volver a esos tiempos donde tu inamovible figura yacía en el sillón de tu estudio, junto a pilas y pilas de libros mas viejos que tu mismo padre; apático a la vida que te rodeaba en esos momentos, únicamente centrado en tu novela, la cual nunca supe sobre qué trataba.

Eras sencillo, o eso decía mamá. Sin embargo, yo nunca logré entenderte del todo, ni supe que pasaba por tu cabeza; eras para mí un extraño con el mayor de los vínculos.

Eras mi padre.

De ti solo conocía dos cosas; tu nombre, y tu apellido, que era lo único que poseía de ti en mi tierna infancia, ya que en tu afán de hombre proveedor, el tiempo para mi era algo prescindible. Recuerdo una vez en el salón de clases, la profesora nos había preguntado que opinábamos de nuestros padres; con ellos delante, muchos pequeños alzaron sus vistas e inmediatamente sabían que responder, pero mi vista estaba vacía, hueca, así como el lugar que tú debías de llenar, tanto en mi educación, como en mi vida, y te odié.

Nunca odié a nadie mas como te odié a ti, mi corazón se rompía con cada paso que dabas hacia la puerta, y en la cual ni una sola vez tu andar vaciló para dar la vuelta hacia mi y despedirte. Mamá decía que lo hacías por nosotros, pero en mi joven pensamiento tú no me dabas nada mas que el frío sentir de tu indiferencia.

Eso me dolía.

A mayor edad que llegaba mi cuerpo, también lo hacía mi mente, y aunque solo hubiesen sido dos años, y hubiera pasado de primer a tercer grado en la primaria, sentía que ya había logrado superar la idea de que tú nunca me amarías, o por lo menos no como veía que amabas a mi hermana. Nuevamente llegó el día donde los padres se plantaban como estatuas frente a los pupitres de sus hijos, pegados a la pared del pizarrón, mientras el ahora profesor preguntaba "¿Qué es lo que opinas de tu papá"? Y finalmente tuve una respuesta.

Era el peor padre para el mundo.

Lo entendía con claridad, al ver nuevamente el espacio vacío mi corazón ya no sufrió y lloró, si no mas bien se encendió en una enorme y placentera furia, escribiendo mordaces críticas a mi padre la pluma parecía en cualquier momento prenderse en llamas por la fricción entre su punta y el papel. La tinta no era siquiera capaz de alcanzar, y mucho menos expresar tremenda cantidad de odio que mi alma guardaba.

Terminé, entregué la carta al profesor, el cual al leerla me miró y yo creí que sería severo por escribir tales declaraciones; pero no, solo asintió, dobló el papel y me permitió retirarme.

Durante todo el camino a casa justificaba mis pensamientos de completo rechazo y desaprobación a mi padre, puesto que algo me decía que fui demasiado lejos, pero ¿qué era demasiado lejos? Seguramente no mas que la distancia entre los sentimientos de mi padre y los míos.

El tiempo volvió avanzar, y mi problemática conducta de chico de 10 años no paraba de escalar, mamá me castigaba, hablaba conmigo y lloraba, pero no paré y seguía siendo tan problemático como las horas del día me dejasen serlo.

Hasta que un día apareciste, no tenías tu clásico traje del trabajo ni la loción olor cedro acompañaba tu cuerpo; tenías pantaloncillos blancos con franjas rojas, medias y tenis del mismo color, y una camisa básica de color gris. Tu siempre imponente y autoritaria aura, reflejada en cómo estabas de pie me perturbó desde el umbral de mi habitación, mientras sostenías un balón de baloncesto.

Entendía el significado de ello, pero no lograba entender el por qué tú querías hacer eso. La confusión avivó mi furia y te empujé con toda la fuerza que mi pequeño cuerpo disponía para sacarte de mi habitación, lo cual logré solo por que tú no opusiste resistencia, cerré la puerta y caí abatido al suelo; no sabía que pensar, no sabía que decir.

No sabía que hacer ¿Por qué tardaste tanto? ¿Por qué no ocurrió después de la carta que escribí, si no dos años después? ¿Por qué me siento tan triste? No lo lograba entender, las lágrimas caían a borbotones y me sentía tonto, triste y a la vez justificaba mi odio por ti, pero nada de eso me hacía sentir mejor.

A la mañana siguiente empezó la semana una vez mas y no crucé miradas contigo. Mamá tan amorosa y compresiva como nadie me hablaba de tu plan; hacer las pases y empezar a acercarnos, pero yo no quería, no sabía como hacerlo ni tampoco si quería hacerlo.

El domingo siguiente volviste a aparecer en la puerta de mi habitación y yo hice lo mismo, sacándote a la fuerza de mi vida, pero agonizando por hacerlo, ya que yo añoraba tu cariño desde que era capaz de razonarlo, y así seguimos, un mes entero.

La última vez que lo hiciste era el primer día de primavera, la nieve invernal se derretía con suavidad y anunciaba la esperanza de ver flores, mariposas, avejas y todo tipo de insectos polinizadores y aves disfrutando de la nueva vida. Todos disfrutaban menos yo; me había propuesto terminar con esto de una buena vez, no quería seguir sintiéndome así; por lo que abrí la puerta, alcé la mirada.

Y me detuve.

No eras tú, era mi hermana que me miraba con sus enormes ojos verdes, extendiéndome una carta: "Yo quiero tener un hijo ¿Tú quieres tener un padre?" La caligrafía de la carta era intachable, con sus característicos trazos finos y elegantes, pero había algo que incomodaba mi vista apenas lo noté; el borde estaba un poco empapado en gotas de agua, completamente redondas y aún frescas. Miré a mi hermana y una vez mas y solo dijo "Te espera en la cancha, no te castigará si no vas" y así como vino, se fue.

¿Debía de hacerlo? ¿Debía de ir y confrontarte como ya tenía planeado? O debía de tratar hablarte, por una vez en la vida para variar.

Al final me convencí con un pensamiento algocobarde pero eficaz "Lo haré por amor a mamá, no por amor a ti", y así, mevestí, avisé a mamá quien se encontraba en la cocina, y me fui a la únicacancha que los dos podríamos conocer.

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⏰ Última actualización: Feb 21, 2023 ⏰

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