03.

1.2K 156 115
                                    

ㅡ¡Llegué!-El azabache entro a la casa con varias bolsas. Rodrigo y Alonzo estaban en el sillón jugando con unos peluches.-

-Rapidamenre Rodrigo se levantó para ayudarlo con algunas bolsas, y las dejaron sobre el otro sillón.-

ㅡBuen día señor Iván, ya limpie toda la casa y le di el desayuno a Alonzo, estabamos descansando un poco...

ㅡ¡Hola papi! ¿qué son esas bolsas?

ㅡBueno, gracias Rodrigo. Estas bolsas son regalitos para vos, nene.-Le entrego una de las bolsas al pequeño, quien la abrió enseguida encontrandose muchos peluches.-Che, Rodrigo, a fin de mes te hago el pago, ¿si?

ㅡSi señor.-Volvió a sentarse en el sillón mientras miraba como Alonzo abría regalos.-

ㅡUhm... Para vos también hay...-Le entrego una bolsa que tenia un peluche dentro dos pares de zapatillas y ropa.-Alonzo me dijo que no dormías sin peluche... Y me di cuenta de que también te hacia falta ropa.

ㅡ¿De verdad es para mi? ¡muchas gracias!-Abrazo al peluche mientras miraba las prendas.-De verdad muchas gracias, nunca nadie me había regalado ropa, solo tenia el uniforme del hogar y el pijama...

ㅡPapi, ¿también le dio cosas a Ro?-Sonrió acercándose para abrazarlo.-Ahora el beso.

ㅡEh...-Iván miro a Rodrigo unos segundos.-Es que... No, a Rodrigo le puede molestar que le bese la mejilla, a mi no me molesta, pero a él si.

ㅡNo, a él no le molesta, ¿cierto cucciolo?

ㅡNo lo se... Nadie me da besos...-Miro a Iván, sintiéndose avergonzado.-

ㅡYo te di uno en la mejilla una vez, es lo mismo, solo que lo hará mi papi.

ㅡEn realidad no me molesta...-Pero si lo avergonzaba.-

ㅡEntonces... ¡Papi, dale un besito!

ㅡAh... Esta bien, uno.-Se acerco más a Rodrigo y dejo un pequeño beso sobre su rosada mejilla, sintiendola tan suave y perfecta.-Ya esta...

ㅡM-Mmh.-El castaño sintió un escalofrío recorrer su cuerpo y cubrió su rostro solo por los nervios que llevaba encima.-

ㅡ¿Ven? no era tan difícil.

ㅡBueno... Rodrigo, ¿por qué mejor no te vas a probar la ropa que te compre?

ㅡS-Si, mejor.-Tomo la bolsa y corrió hacia su habitación.-

ㅡAlonzo, debemos hablar de algo.

ㅡ¿Qué pasa papi?

ㅡPor favor, no sigas pidiéndome que bese a Rodrigo, él está muy incómodo, no le gusta, ¿sabes? hay amigos a los cuales no les gusta el afecto, a mi no me gusta mucho, no esta bien invadir el espacio personal de otra persona...

ㅡPero a él si le gusta, solo que no esta acostumbrado, nadie lo abraza, nadie lo besa, deben darle cariño o estará muy triste...

ㅡMmh... Tal vez tengas razón, pero no puedo darle ese cariño yo, solo soy su jefe...

ㅡHacete el amigo, dale papi, por favor...

ㅡDios... Esta bien, seré su amigo, ¿si? pero, no nos presiones con los besos, eso esta muy mal.-Lo cargo.-Te compre un chupetito eh, ya que se perdió el tuyo, ¿querés usarlo?

ㅡ¡Si, chupete!-Rió de manera tierna.-

-Rodrigo volvió a la sala, con un buzo ancho color beige, un short negro arriba de las rodillas, calcetines blancos y zapatos beige, se veía tierno.-

ㅡUh.-Se quito el chupete.-¡Cucciolo, sos muy lindo! mire papi, esta muy lindo, ¿no?

ㅡSi, esta muy lindo... ¿Te queda bien? ¿es cómodo?

ㅡLo es, muchas gracias, me gusta mucho.-Hizo una pequeña reverencia.-

ㅡ¿Ahora se darán un beso?

ㅡ¿Qué fue lo que te dije, nene?

ㅡSeñor Iván... No lo regañe, para Alonzo los besos son algo muy normal, en Italia se dan dos besos en la mejilla como saludo, primero en la mejilla derecha, y luego en la izquierda, él solo nos quiere hacer amigos.

ㅡEs verdad, due baci.-Señalo sus mejillas.-

ㅡBueno... Pero esto es Argentina, Alonzo, acá a veces nos saludamos con un beso en la mejilla, otras veces con la mano, o con un abrazo, en la boca si son novios, yo suelo hacerlo con la mano, porque no me gusta mucho el contacto físico, a menos que venga de parte de mi hijito hermoso.-Lo dejo sobre el sillón.-

ㅡ¿Y si estuvieramos en Italia, si le darías el beso?

ㅡEh... Supongo, si, para seguir la cultura.

ㅡ¡Vamos a Italia papi!-Se bajo del sillón dando saltitos.-

ㅡAngioletto, te vas caer.-Rodrigo se agacho a su altura y lo abrazo.-No sigas diciendo esas cosas a tu papá, él debe estar un poco incomodo, el vive acá en Argentina, nosotros venimos de Italia así que, lo mejor es respetar sus costumbres, ¿no lo crees, peque?

ㅡSi cucciolo, está bien.-Volvió a ponerse su chupete.-

ㅡ¿Querés comer lasagna?-Lo cargo, recostadose en el piso mientras lo mantenía en el aire jugando con él.-Cómo en un avioncito, ahh, pesas mucho.

ㅡ¡Jeje!-Pataleo un poco antes de que Rodrigo lo bajara y lo dejara sobre su vientre.-¡Si quiero lasagna!

-Iván ni siquiera quería decir algo, estaba sentado en el sillón frente a ellos, viéndolos jugar, se veían tan tiernos, sentía una necesidad de protegerlos a ambos, se veía como si Rodrigo fuera el papá divertido de Alonzo, y eso le gustaba mucho aunque no quisiera admitirlo.-

ㅡEntonces, lasagna para el bebé.-Se levantó, dejándolo sobre el sillón para ir a lavar sus manos y a sacar los ingredientes.-

ㅡRodrigo, voy a ayudarte a cocinar.

ㅡNo se preocupe señor, además, usted dijo que no sabía.

ㅡQuiero aprender...-Se llavo las manos y se arremango la camisa poniéndose a su lado.-¿Debo cortar... Algo?-Iván, mentiroso, si sabes cocinar.-

ㅡEsto... Lleva cebolla, yo la corto, usted corte la zanahoria.-Saco la cebolla de la heladera y comenzó a cortarla.-

-Iván se puso detrás de él, sostiendolo desde la cintura sin siquiera darse cuenta de lo que estaba haciendo.-

ㅡ¿Vos sabes la comida favorita de Alonzo?

ㅡE-Eh... Si, yo l-la conozco, justamente es la l-lasagna...-Sentía escalofríos con solo sentir las manos del mayor en su cintura.-Ahora la zanahoria, ¿la cortara u-usted o lo hago yo?

ㅡYo.-Tomo el cuchillo y comenzó a cortar la zanahoria con una tecnica perfecta y de manera rápida.-Mejor, yo corto las cosas, la carne y eso, vos haces lo demás, ¿si? dame la panceta así la corto.

ㅡPara no saber cocinar corta muy bien.-Se alejo avergonzado y cabizbajo, saco la panceta del congelador y se la entrego.-La debe cortar en cuadritos y sacarle la piel porque es muy dura...

ㅡLo se, cucc- Rodrigo.-

ㅡSeñor Iván, si quiere llamarme cucciolo, hágalo, no me molesta.

ㅡCucciolo...-Suspiro mientras lo miraba, y sonrió teniendo muchas ganas de acariciar su cabello, pero no podía, sería incómodo.-

Salvami. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora