Prólogo

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Ella

Ella es una de las mujeres más devotas a Dios que he conocido y al mismo tiempo es una de las personas más pecadoras que ha pisado la santa tierra.

Ella se arrodilla ante Dios cada día suplicando perdón y redención y al mismo tiempo yo me arrodillo ante ella para besar sus labios, disfrutar sus fluidos y gemir en placer con cada pequeña cosa que ella me otorgue.

Ella proclama el nombre de Dios por medio de sus rojizos labios, pero en su espalda baja tiene tatuado el nombre de Judas.

Ella es la santidad y el pecado en sí mismo.

Ella es fidelidad y traición.

Ella es mi perdición y mi adicción, pero también es la destrucción que me lleva al borde del vacío donde muchas veces deseé mi propia muerte para finalmente soltar estas cadenas que me atan a su presencia.

Ella sostiene un rosario en su delicado y blanquecino cuello, aquel rosario que en medio de la noche veo brillar y saltar en compañía de su movimiento de cadera que la une a mi persona llevándonos a la más dulce, placentera y errónea obsesión de pasión y deseo.

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⏰ Última actualización: Oct 28 ⏰

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