chapter one.

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⋆˙🫀📖ˎˊ˗

i. thinking of you

Con frecuencia me preguntaba si en algún momento de mi vida encontraré esa persona que me llene tanto como la mente, como el alma

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Con frecuencia me preguntaba si en algún momento de mi vida encontraré esa persona que me llene tanto como la mente, como el alma. ¿La encontraré? Realmente no lo sé. Lo único que sé, con firmeza, es que no la buscaré más, solo será un simple y lejano deseo. De mientras solo lo soñaré como debe ser. 

De pronto sonó el timbre. Ya era la hora. Debía salir de la clase de geografía para ir nuevamente a la clase de Mates. Estaba cansada, muy cansada. No dormí bien a causa de los exámenes que tenía hoy. Por esto, desafortunadamente, las ojeras era lo que más resaltaba en mi cara y no pasaban desapercibidas. De todos modos no me arrepiento de nada porque estudiar y sacar notas altas, es una de las cosas más importante que tenía en esta vida. En sí, dependía de ellas.

— Hola, Giselle. ¿Cómo estás? —habló mi mejor amiga ofreciéndome una sonrisa, como siempre. — Uf, ahora que te veo mejor pareces todo lo contrario a estar bien.

— Sí, así es, Alis. Ya sabes, siempre estudiando. —dije bajando la mirada. — Es lo único que se me da bien.

— Ay, Giselle... No digas eso, por favor. Me entristece porque no es así como tú dices.

— Ya, en fin. Debemos irnos a nuestras clases, ¿sí? —comenté porque ya era tarde y yo siempre era puntual así que esta vez, nada ni nadie, cambiaría eso. — Hasta luego, Alis. Te quiero mucho. ¡Después hablamos!

Caminé sin descanso por el instituto hasta la clase de matemáticas que, en realidad, estaba más lejos de lo que pensaba, o eso era lo que creía porque me perdí por un rato. Aun así, pude llegar antes de que comenzara la clase.

— Señorita, Smith, ¿qué ha sucedido?, ¿por qué tan tarde? —habló el profe con extrañeza.

— Lo siento, profe. Me perdí...

— Bueno, no importa. Como eres buena alumna no tendrás ningún problema, pero que no vuelva a suceder. Ya puedes sentarte. —dijo señalándome mi sitio amablemente.

— Gracias. —Le agradecí. Como amo este profesor. Es mi favorito, aunque su materia, la que más odio.

Me senté en uno de los últimos pupitres y sinceramente, se sentía raro sentarse tan lejos de la pizarra, ya que no es algo común en mí. Sin embargo, eso no era lo importante en este momento porque toda mi atención se la llevó el chico que estaba a delante de mí. No me había fijado bien en su cara, pero puedo deducir que ese muchacho era nuevo.

— Como ya deben saber, alumnos, hay un chico nuevo en la clase. Así que..., ya puedes presentarte, señorito. —comentó y señaló al que ahora, se volvía protagonista. El chico se levantó y pude ver su cara.

Joder, es totalmente mi tipo.

No podía quitar mis ojos de él. Me cautivó sin esfuerzo y fue tanto así, que me hizo sentir de todo en menos de un segundo. No sé si era su hermoso cabello un poco largo y lizo que me daban tantas ganas de tocarlo o esos ojos oscuros, tan, pero tan, cautivadores..

¡Dios!, se siente como uno de esos flechazos infantiles, con pura inocencia e ilusión, pero no... ¿Qué estoy pensando?

— Hola, me llamo Matthew y de las cosas que me gusta hacer es, tocar la guitarra. Espero llevarme bien con todos ustedes. —dijo él, con una expresión seria en su cara.

¿Es que puede ser más atractivo aún?

A causa de mi humilde pensamiento solté una pequeña carcajada que le robó toda la atención que había tenido el chico nuevo. Esta vez, él me estaba mirando esperando que dijera algo al respecto.

— Lo siento. —me disculpé con timidez.

El salón se quedó un momento en silencio y Matthew, aceptando mi disculpa, se sentó.

— Vale, alumnos. Ahora sí, empezaremos la clase.

El profesor hablaba y hablaba sin parar. La mitad de las personas en clase prestaban atención al tema dado y la otra mitad, que me incluía, hacía lo contrario. En mi caso, yo no paraba de pensar, pero no en cualquier cosa, sino, en el chico nuevo y lo que yo había hecho hace unos cuantos minutos atrás.

Qué vergüenza. Esto no es propio de mí y me molesta.

No puedo creer que haya hecho tal cosa. Seguro piensa que que soy extraña, de esas típicas chicas raras que hay en cada salón. Debo arreglar este malentendido. Después de todo, desde siempre me ha afectado aquello que piensan de mí, la forma en que me ven la gente de mi alrededor y, esta vez, no deseaba ser vista de esa forma. No puedo dejarlo así, debo disculparme. Ahora estaba demasiado nerviosa para mi gusto, me desagradaba este sentimiento, esta ansiedad.

Estuve esperando ansiosa un buen rato afuera de clase para hacer lo que tenía planeado. Ya casi habían salido todos los demás del salón, solo faltaba él. Sin embargo, se quedó más tiempo dentro del salón, conversando con el profesor. Incluso, estaba aún más preocupada porque también debía irme a mi siguiente clase, pero antes debía disculparme con él porque sabía que no lo volvería ver más, o eso era lo que creía.

De tanto esperar y absorbida en mis pensamientos no me di cuenta de la presencia que tenía justamente al lado. 

— ¿Eres la chica que se rio de mí hace un rato?, ¿qué haces aquí?.

Ahora sí, trágame Tierra.

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⏰ Última actualización: Jun 30 ⏰

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