Capítulo 4

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El entrenamiento había terminado, y mientras me dirigía al vestuario, aún pensaba en los mensajes de Enzo. A pesar de que no habíamos hablado directamente de lo que estaba pasando entre nosotros, cada interacción parecía más cargada de algo más profundo, algo que ninguno de los dos había dicho en voz alta, pero que ambos sentíamos.

El vestuario estaba lleno de energía. Los chicos bromeaban entre ellos, hablando sobre Qatar, el Mundial, y sobre lo que significaba representar a Argentina en el escenario más grande del fútbol. Cada vez que alguien mencionaba el Mundial, sentía una pequeña descarga de adrenalina correr por mi cuerpo.

Leandro:
¡Vamos, Juli! ¿Listo para romperla en Qatar, hermano?

Leandro Paredes me dio un golpe amistoso en el hombro mientras se sentaba a mi lado. Lo conocía bien, y siempre había sido una especie de hermano mayor para mí, alguien que me daba consejos cuando más los necesitaba.

Yo:
¡Listo, siempre listo! Aunque tengo que decir que me sigue pareciendo un poco surrealista todo esto...

Rodrigo:
Jaja, eso es normal. Pero cuando estés ahí, en el campo, se sentirá como en casa. Confía en mí. Rodrigo De Paul, con su energía inagotable, se unió a la conversación, siempre levantando los ánimos.

Mientras me cambiaba, escuché una voz familiar detrás de mí. Era Enzo, que también formaba parte del equipo, y la forma en que se acercó a mí, con esa sonrisa que ya conocía tan bien, me hizo sentir esa mezcla de nervios y emoción otra vez.

Enzo:
¿Y entonces, Juli, estás listo para ver a todo el equipo babear por ti en Qatar?

Lo dijo en voz baja, solo lo suficientemente alto para que yo lo escuchara, y me dio un empujón juguetón en el brazo. Sus palabras me hicieron sonreír, pero antes de que pudiera responder, Otamendi se acercó.

Otamendi:
¡Vamos, chicos! ¡Dejen de coquetear y concentrémonos en el Mundial! Dijo en tono de broma, haciéndonos reír a todos. Siempre tenía esa forma de mantener el ambiente ligero, incluso cuando estábamos en medio de la presión.

Todos empezaron a reírse y a bromear. Lisandro Martínez y Cristian Romero, también presentes, comenzaron a hacer comentarios sobre lo emocionados que estaban de ir a Qatar.

Cristian:
¡Este Mundial va a ser diferente, lo siento! Tenemos una conexión como equipo que es difícil de romper.

Lisandro:
Sí, hermano, todos estamos en la misma página. Este grupo es especial.

Era cierto. Había algo en esta selección, en este grupo de jugadores, que se sentía diferente. La química que teníamos, dentro y fuera del campo, era innegable. Todos éramos amigos, más allá de ser compañeros de equipo, y sabíamos que esa unión sería clave para lo que vendría.

Después de cambiarnos, algunos de los chicos empezaron a hablar de los planes para la noche. Aunque estábamos en pleno entrenamiento para el Mundial, siempre había tiempo para relajarse un poco y desconectar.

Rodrigo:
¿Qué dicen, hacemos algo hoy? Podríamos ir a cenar todos juntos, aprovechar para despejarnos antes de lo que viene.

Leandro:
Me parece una buena idea. Siempre es bueno relajarse antes de un gran desafío.

Los demás comenzaron a asentir, emocionados por la idea de pasar tiempo juntos fuera del campo. Pero yo no podía dejar de pensar en lo que Enzo había dicho antes.

Cuando todos empezaron a salir del vestuario, Enzo se quedó un poco más atrás, esperándome. Me acerqué a él, y antes de que pudiera decir algo, él habló primero.

Enzo:
Entonces, ¿vamos juntos esta noche?

Me lo dijo con una sonrisa, esa misma sonrisa que siempre me desarmaba. Sabía que estaba coqueteando, pero esta vez no quería dejar que la incertidumbre me ganara.

Yo:
Sí, claro. Vamos juntos.

Mientras salíamos del vestuario, los demás chicos nos alcanzaron, y la conversación se desvió hacia temas más relajados: comida, música, películas... Pero en el fondo, sabía que esta noche, con Enzo, sería distinta. Algo estaba cambiando entre nosotros, y aunque no sabía exactamente qué era, estaba listo para averiguarlo.

Nos dirigimos todos hacia el restaurante, riendo y bromeando, como un grupo de amigos que había soñado con este momento toda la vida. Y aunque el Mundial estaba en nuestras mentes, esa noche solo éramos nosotros, un equipo, una familia, listos para enfrentar lo que viniera.

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⏰ Última actualización: Oct 29 ⏰

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