Anillos

1.9K 159 80
                                    

-Una vez más.

...

Fueron hace unos meses que fue convocado en la organización llamada Chaldea.

¿Una organización secreta que se encargaba de restaurar, preservar y prevenir la incineración de la humanidad?

Bastante creíble, ¿para qué una organización si la humanidad tenía un sistema de supervivencia y su propios sistemas defensivos?

Por ahora preguntarse eso era innecesario, el molesto caballero rojo se lanzó contra él a una velocidad abrumadora y lo mandó a estrellarse de espaldas contra la pared.

Su maestra y su sirviente del escudo estaban lidiando ahora con el imponente León que se encontraba más arriba en el castillo.

-Oye bastardo, ¿eso es todo lo que tienes? Tu maestra y la berenjena van a ser eliminados en poco tiempo.

El hombre quería maldecir su suerte en estos momentos, los demás sirvientes estaban lidiando con los otros caballeros de la mesa redonda.

Dentro del castillo le resultaba bastante complicado adaptarse, la mocosa era bastante cruda con sus ataques.

Tendría que ir en serio para deshacerse del caballero rojo.

-Resiste un poco más maestra...

-Ehh... jajaja, no te lo dejaré fácil, bastardo.

Los truenos carmesí rodearon a la mujer rubia de ojos verdes y con una sonrisa cargó hacia el hombre de rojo.

El hombre agarró sus dos espadas con fuerzas y las lanzó hacia la rubia que los desvió sin dificultad mientras cada vez estaba más cerca de él.

-¡Ja! ¿Crees que eso me va a detener? Eres bastante iluso.

Mordió el anzuelo.

Sacó de nuevo dos espadas, esquivó el ataque con furia que lo partiría en dos de la rubia.

La rubia se sorprendió cuando el peliblanco sacó de la nada otras dos espadas, esquivó su ataque y no le dio tiempo para reaccionar.

Clavó la espada negra en el hombro derecho y la espada blanca corta en el abdomen de la rubia atravesando su armadura.

Y de una patada la empujó desarmándola hacia adelante.

La rubia se quitó de su abdomen la espada blanca, mientras comenzaba a sangrar.

-K-kuh... maldito bastardo, esto no será-

Aún no terminaba el contrataque del hombre.

Corrió hacia ella proyectando las mismas espadas, pero esta vez tenían forma de alas y eran más grandes.

Tenía que dejarse de juegos con el hombre.

La rubia agarró de nuevo su espada, no iba a dejar que el bastardo la humillara de nuevo como en esa vez en la aldea.

Antes de dar un paso y prepararse para recibir el ataque frontal del hombre.

Dos espadas impactaron en su espalda haciéndola vomitar sangre.

-...¿C-cuándo-

Sus pensamientos no pudieron terminar, vio de frente la cara del hombre, ya era demasiado tarde para reaccionar.

Ya estaba cerca de ella.

Todo terminó para ella en solo tres pasos.

El hombre de rojo cortó en x a la rubia atravesándola y clavando las dos espadas aladas.

TronoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora