04 'Lo que yo quiero...'

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La cena transcurrió con calma. Demasiada calma. Una calma que a Satoshi le asustaba.

-Estáis muy callados...- Y que a Serena le preocupaba.

-Oh, no es nada Serena. Es que Citron está pensando en un nuevo invento, y ya le conoces...-La pequeña niña sonrió.- Nye, tengo sueño... ¿Nos vamos a dormir, Serena?

-Si, vamos pequeña...-Ambas se levantaron de la mesa, y dejaron a los chicos solos mientras terminaban de cenar.

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- Oye Satoshi... Hoy yo y Eureka...

-Lo sé. Os he visto.

-¿Y que hay de la promesa que le hiciste a Eureka? Se lo prometiste.

-Hago lo que puedo

-Pues al final no harás nada.

-¡¡¡NO ES FÁCIL SABES!!! ¡¡¡NO ES FÁCIL DECIRLE LO QUE LA AMO CON TODO LO QUE HE FALLADO!!! ¡¡¡DECIRSELO AUN SABIENDO QUE DE AQUÍ A UN PAR DE SEMANAS ME IRÉ DE KALOS, Y ELLA PROBABLEMENTE NO PUEDA ACOMPAÑARME!!! ¡¡¡NO ES FÁCIL DECIRLE A ALGUIEN QUE LE AMAS Y LUEGO MARCHARTE!!!

-¡Despierta de una vez estúpido!-Dio un golpe en la mesa-¡Lo único que haces es prolongar más su dolor!

-Yo...

-Escucha, haz lo que te de la maldita gana. Al fin y al cabo, eso harás.-Se levantó de la mesa, furioso-Pero recuerda esto; Ya tenéis 17 años. O se lo dices ahora, o la perderas. Ella no te va a esperar eternamente. Y créeme, puede encontrar a otro con sólo chasquear los dedos.

Citron subió a su habitación a darle un beso a su hermana, que ya debía estar dormida, dejando al chico confuso. La pequeña ratita amarilla subió al hombro del chico al notarlo.

-Tengo que hacer algo.-Le vino a la mente ese momento en la playa, donde Serena se había derrumbado-Y rápido.

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Cuatro y media de la mañana. Satoshi no había dormido nada, y no por que no lo intentase. Pero si cerraba los ojos, escuchaba las palabras de Citron. Con unas remarcándose

La perderás.

-Demonios....-Se levantó por enésima vez, y fue hacia el baño con la ropa. O mejor dicho, el bañador y una camiseta. Se iba a dar un baño a las 4:30.

-¿Pretendes coger una neumonía?

-Pensaba que estabas dormida...

-No puedo, estoy de los nervios...- La pelimiel se asomó a la puerta.-¿Donde vas?

-A darme un baño a la playa. Coge tu bañador, que tu te vienes.

-¿Y los demás...?

-Antes de las 6 estaremos aquí...

-Vale, me pongo un vestido y voy contigo...

Los dos bajaron a la playa en silencio. Habían llegado al punto en que las palabras sobraban para comprender lo que les ocurría a ambos. El miedo a volver a perderse.

-Citron y tu habéis peleado, ¿no? Eureka me ha dicho que algo va mal...

-No te preocupes, ya nos conoces...

-No Satoshi. Estoy harta de evasivas. Nadie me cuenta nada aquí. Que ha pasado.

El se sentó con ella en unas rocas, resignado. ¿Que había pasado?

-Que soy un cobarde, eso ha pasado.

Sin duda, despertó la atención de la pelimiel, que se sorprendió de esas palabras.

Caminos destinados (Amourshipping)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora