Tú imitador, si supieras cuánto daño me haz hecho.
Cuánto te odio.
Te sigo manteniendo la mirada, pero no siento amor por tí, por tí no.
A tí, te odio, te detesto.
Jamás llegaré a perdonarte dejar morir a mi verdadero amor, a quién en verdad estaba enamorado de mí.
Tú..
Tú no me mereces, no mereces tenerme a tu lado.
No mereces que te espere, que te quiera.
Mereces que te odie, que no quiera verte.
Sólo eso mereces.
Mereces mi indiferencia, mi desagrado.
No mereces mi amor, porque cometí el error de entregártelo cuándo aún no sabía que habías llegado a reemplazarlo a él..
A intentar reemplazarlo.
Porque no podrás, jamás podrás.
Él era perfecto, era mi guapo, el hombre de mi vida.
Tú sólo eres un egoísta que quiere tapar sus malas intenciones.
Tú sólo esperas dañarme sin remordimiento alguno y después engañarme fingiendo amor.
No lo lograrás imitador.
No lo lograrás porque a él nadie le quita el lugar que tuvo en mi vida, el impacto tan grande que le sigue dando a mi consciencia el hecho de que no esté.
Tú no podrás contra su recuerdo..
Y tratándose de mí..
Menos podrás.
