L.L: Tengo que hablar seriamente contigo ___. Sigo sin entender, como, como hacer para estar dentro de mi mente? Por qué me jodes y jodes? No me dejas estar tranquila y eso me irrita por completo. Lo sabes no?-- Lady Lesso caminaba por los pasillos hablando sola, enojándose sola, y gritando sola.
Mientras, tu te encontrabas hurgando entre las cosas de la mayor, viendo varias cosas, sin pensar que te encontrarías con un pequeño diario. Era negro, por completo, viendo que dentro de ella había una pequeña llave. Era roja, brillaba con fulgor, y sangre seca estaba en su punta. Luego, ves como había una hoja doblada, era un contrato, ibas a abrirlo pero rápida mente entró Lesso, y al verte, cerró la puerta con gran fuerza, resonando en toda la habitación.
L.L.: Que mierda estas haciendo...-- Corrió a gran velocidad hasta tomar tu cuello y estamparte contra la muralla, haciendo que el contrato caiga de tus manos.-- Hurgando en cosas que no son tuyas... hija de perra.-- Te ahorca cada ves más fuerte, quitándote la respiración. Un pequeño gemido salió de manera rebelde de tu boca, demostrando que esta situación te agrada.--Ha! Te gusta? Te gusta que te ahorquen? ___, eres una sucia. --Tu respiración se aceleraba cada segundo, y una pequeña sonrisa se asomaba por tus labios.-- Quieres saber que es esa llave? Quieres? Joder como voy a disfrutar esto.-- Tomo la llave con su magia, y lentamente la introdujo en tu dedo, haciendo que sangres. Estruendos sonaban, y la muralla a tu derecha se abrió, dejando ver una gran pieza, quitándote el aliento.
Con esmero te lanzó sobre una cama acolchada de color negro, amarrando tus brazos en la cama y tapándote los ojos. Solo había silencio, un suave silencio, y mientras tratabas de recuperar la respiración, sentías como unas manos des- abrochaban los botones de la camisa.
___: Yo- -- Una mano te azotó en tu trasero, dejando rojo. Y quedando completamente en ropa interior, besos inundaban tu abdomen.
L.L.: Quiero que grites mi nombre, que gimas hasta querer salir de aquí, te are sufrir, te aré llorar, rogar, hmh...-- Besó tus senos, un pequeño beso a cada uno, y te dejó completamente expuesta. Gritaste al sentir un golpe de un cinturón sobre tus mulsos.-- Sabes cuanto he estado esperando esto? Sabes las veces que me corrí pensando en tu sufrimiento?-- Otro golpe calló sobre ti, pero esta ves un suspiro fue lo que salió. Continuaron ahí por horas, sangre salia de tus piernas, y lagrimas inundaban la tela que cubrían tus ojos.-- Oh vamos, sabes que te fascina, siempre has adorado que te castigue, que te haga sufrir...-- Un golpe más bastó como para que te corrieras. Lesso rió a carcajadas, agarrando tu mentón.--Te corres a golpes? Estas peor de lo que pensé... dime, has tenido si quiera sexo alguna ves?-- Negaste con la cabeza, y la mayor te soltó. Abrió tus piernas, acariciando tu intimidad.
Sus dedos danzaban sobre tu clítoris con ritmo, hasta que dos dedos se introdujeron dentro de ti. Temblaste de temor, nunca habías intentado meter nada dentro tuyo, pero ella logró hacerte sentir cosas nuevas. Tu cuello fue completamente atacado por la boca de la decana, mordiendo y lamiendo tus zonas mas débiles. Gemías, temblabas de placer, puesto que la mayor comenzó a penetrarte en tu punto G.
L.L.: Te gusta? SI? Yo se que te encanta, vamos, estas mojada y caliente, sabes? Tus braguitas son preciosas, pero me estorban.-- Dijo, y arrancando tus bragas y sostén, dejó libre tu cuerpo Tu corrida estaba cerca, tus gemidos eran bajos, solo para que la mayor escuchara.-- Eres una sucia, una sucia hecha y derecha solamente para mi, mi pequeña zorra.-- Gotas de tus jugos salían volando de los dedos de la mayor, mojando su brazo. Y fue cuando te corriste, otra ves, mojando toda la camisa de Lesso. Respirando de a poco, tus ojos fueron destapados, y pudiste ver a Lesso lamiendo sus dedos, con su camisa traslucida, mostrando su ropa interior de color negro, era de encaje. Estabas cansada, muy cansada, así que lentamente cerraste tus ojos, cayendo en un sueño profundo.
Pero, algo ocurrió, tu sueño fue interrumpido por un grito de la decana, exigiendo su parte de vuelta. Cansada, te arrastraste hacia ella, y abriste tu boca. Lesso se sentó en una silla, y de a poco lamiste su interior. Escuchar los gemidos graves, excitantes de la mayor, fue tu mayor regalo.
L.L.: Chúpalo así, por favor, no pares pequeña zorra, lame mi coño, yo se que te encanta...--
[Volví 737]